martes, 4 de mayo de 2010

Reflexiones de un suicida etilizado

Ayer volví a pasar por delante del banco del pordiosero. No estaba, pero había señales de su existencia, en el suelo uno de sus típicos briks de vino destrozaestómagos, seguramente esperando a que su dueño volviera de algún extraño y alucinógeno paseo intentando que el pedo se le bajara de una u otra manera. Me inspiró, ciertamente, así que al llegar a mi morada no pude por más que empezar a beber como un cosaco. Sí, me diréis que últimamente me estoy pasando, y en realidad si cada día escribo con menos frecuencia en el blog es por la cantidad de alcohol que ingiero y las violentísimas resacas que me toca atravesar. Pero qué cojones, estos nazisociatas de mierda ya me han destrozado la vida de tal manera que me la suda. Mejor estar muerto que vivo y ya que me voy al hoyo por lo menos que sea contentillo, después una cirrosis galopante que acabe conmigo en tres días y a la mierda. Paso de aguantar hijos de puta, que todos los días me encuentro alguno, como el subnormal que estaba ayer en mitad de la calle gritando que si en España hay tanto paro es porque hay mucho vago que no quiere trabajar. Anda métete un palo por el culo y dime a ver qué se siente, pedazo de escoria.

El caso es que hoy me he levantado entre borracho (aún no se me había pasado) y resacoso. Tremendo dolor de almendra. Enciendo la tele como por inercia y lo primero que veo es al enchufebrother Gabilondo disertando sobre cómo remediar el fracaso escolar en España. Manda cojones, según él la Mierducación para la Gilipollanía es el remedio ideal. Creo que voy a vomitar, pero no por el alcohol, sino por su cara de boñigo y las sandeces que salen por su boca. Cambio de canal, Zetaparo en plena explosión de egocentrismo perturbado gritando a los cuatro vientos las bondades de su desgobierno y lo listo y capaz que es él en asuntos económicos. Vamos a contar mentiras tralará, o mejor vamos a decir chaladuras pimpampum. Definitivamente se me han revuelto las tripas, pero en lugar de vomitar lo mejor es apagar la caja tonta y hacerme una cervecita que aún tengo sobre la mesa. Fue la última de ayer que se quedó a medias justo antes de que cayera desmayado en mitad de mi orgía etílica. ¿Y si le meto un tiro a Aído? ¿A qué coño viene esto ahora? No sé, creo que empiezo a identificar a los culpables de mi desgracia vital y me están entrando ganas de asesinarlos a todos. Bah, casi mejor me mato yo, es que no se merecen ni que gaste una mísera bala, hijos de puta.

La verdad es que hoy quería hablar del partido Atlético de Madrid vs Liverpool, pero me he liado un poco con estos malnacidos. Han puesto verde a la afición colchonera por mostrar una bandera del pollo en Anfield. Bueno, a los liverpudianos se la suda completamente, han sido los progretas maricomplejines de siempre, los que consideran que las esteladas del campo del Barcelona y las republicanas por doquier son de puta madre pero el águila que aparece encabezando nuestra constitución incita a la violencia, es fascista, preconstitucional (que encabeza la Constitución, coño) y blablabla. Mequetrefes, como siempre. Yo prefiero al Everton que al Liverpool, ciertamente, pero me encantó ver el comportamiento de esta afición, que ha aprendido de sus errores del pasado (Heysel, años 80) y demostró en su partido contra el Atlético un comportamiento ejemplar, incluso aplaudiendo a los jugadores del equipo español. Ya podrían aprender muchos aquí, escupiendo desde las gradas a los rivales cuando se saca un córner sin ninguna puta razón y tomándose el fútbol como el desahogo de toda la semana para sacar a relucir sus más primitivos instintos. Bueno, quizá también tenga algo que ver el infierno que tenemos aquí entre semana y lo bien que se vive en Reino Unido, y no es demagogia barata, lo digo por experiencia. Pero qué coño van a saber estos imbéciles votantes nazisociatas, más cerrados que la entrepierna de la Madre Teresa de Calcula. Y Dios me perdone la blasfemia, pero estoy hasta los santos cojones de gilipollas. Amén.
 
Clicky Web Analytics