viernes, 30 de abril de 2010

Leyes, Piolines y Susanitas

Hoy vamos a abrir boca con las nuevas reformas legislativas que nos caen de parte de este desgobierno de hijos de puta. Y digo bien, legislación por parte del ejecutivo, porque en esta extraña España de hoy en día, eso de la separación de poderes hace tiempo que pasó a mejor vida. Para mí se lleva el premio gordo uno de los puntos en cuestión, el que considera que los coches (sí, esas cosas con cuatro ruedas y volante) son ahora armas homicidas. Sólo falta que digan que las ametralladoras no lo son, o que también incluyan en la lista las bolsas de plástico, las impresoras, las macetas o el papel higiénico. Sí, cualquier objeto puede ser un arma homicida, ¿o es que nadie ha visto a Steven Seagal matar a sus enemigos con lápices, tarjetas de crédito o bandejas? Pero el caso es que ni esto es una peli de acción ni la gente se dedica por ahí a ir conduciendo en plan Carmaggedon chafando todo lo que se cruce a su paso. Es, una vez más, una de esas chaladuras mentales de un desgobierno que no es que haya perdido el rumbo, es que jamás lo ha tenido porque no son más que una pandilla de imbéciles y locos peligrosos que confunden coches con bazookas y príncipes de cuento con maltratadores. Demasiado ácido lisérgico.

Hace tiempo que no aparece el Piolín Blanco por el blog, pues mira, hoy vamos a hablar de él y de lo hijo de puta que es. Acaba de caer en mis manos (igual me detienen por traficar con este tipo de materiales) un vídeo del susodicho en que, directamente y sin ningún tipo de rubor, sale riéndose de un ciudadano. Peor todavía, sale riéndose de un trabajador que se va a quedar sin su empleo. Sí, a este nivel de desfachatez y miseria humana llegan estos malnacidos nazisociatas. Un trabajador de Correos que va a perder su trabajo se planta en un acto donde este trajeado hijo de mala madre está sentado junto a varios de sus secuaces. El trabajador se planta delante de él y, sin insultarle en ningún momento (si fuera yo...), le suelta cuatro cositas bien altas y claras sobre lo que están haciendo con estas 75000 personas que se van a la calle por las buenas. Llegan los individuos de seguridad y se lo llevan mientras él continua vociferando mientras el malparido del Piolín, que no se ha atrevido ni a mirarle a la cara, comienza a partirse el culo y a reírse mientras habla con sus compañeros de pesebre. Miserable hijo de puta, una bala entre ceja y ceja era poco para semejante deshecho humano. Venga, nazisociatas, votad, votad, esto es lo que os gusta, ¿verdad? Hijos de perra.

Otra habitual del blog es nuestra querida marujona Susanita Griso, la violadora de Actimeles, cegada por lo políticamente correcto y por la manipulación desinformativa que a lo largo de toda la mañana lanza, junto a unos cuantos perturbados colaboradores, en su deleznable y vomitivo Espejo Púbico. Con decir que entre estos colaboradores están Ramoncín hijo de puta y Albert Castillón, poco más hay que explicar. El caso es que su última ocurrencia ha sido justificar la agresión sufrida por un chaval en el metro de Madrid de parte de un radical de izquierda extrema. Y como no podía ser de otra manera, se ha justificado semejante barbarie a base de falacias, mentiras e invenciones, como que el agredido pertenecía a un grupúsculo de extrema derecha. Lo más grave no es que esto sea una flagrante calumnia, es que, aunque fuera cierto, lo que se hace es dar carta blanca a pegar palizas según la ideología política de una u otra persona. Te has lucido Susanita, ese tipo de excremento humano eres, haciendo apología de la violencia (siempre que no sea a mujeres, claro). ¿Y quién aparecía en su programita para colaborar en todo este despropósito de apoyar a un delincuente? No podía ser otro, el hispanófobo Esteban Ibarra, esa escoria que quiere meter en el talego a todos los españoles para que los delincuentes inmigrantes campen a sus anchas por nuestro territorio. En fin, que estos miserables son los que copan la actualidad de nuestro país. Gracias ZP. ¿Hasta cuándo?
 
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