Echo un vistazo por la ventana y recorro toda mi calle, parece que absolutamente todos los comercios están abiertos, también es verdad que esto está lleno de chinos, moros y sudakas de estos que no pagan impuestos por abrir su negocio, y toda esta gente seguro que pasa olímpicamente de hacer huelga, y casi que me jugaría el cuello a que los piquetes no van a tener huevos de entrar a "recomendarles" que cierren ni nada parecido. Cosa que no pasa con los autóctonos, como no podía ser de otra manera en este país de tarugos. Hace unos minutos me llamaba una amiga que trabaja que una oficina casi llorando. Parece que los "informadores" sindicalistas han entrado en su empresa arramblando con todo, impresoras por el suelo, golpes en las paredes y por supuesto la imperativa orden dictatorial "tó er mundo fuera" que ya denota bastante el nivel cultural de estos perros de presa que parece que han nacido y han sido educados para hacer esto, repartir hostias de forma intolerante y delictiva los días que a los sindimierdas se les ocurra hacer huelga porque a ellos les sale de los cojones.
No trabajo, hace muchos años que el PSOE me ha cortado ese derecho de raíz. Pero mira, estoy pensando en ponerme un traje de chaqueta, coger un maletín, cagar dentro y salir a la calle a pasear. Al primer piquete violento que me cruce le ofreceré mi trabajo en bandeja, toma maletín, hijo de puta, además con cuchillo y tenedor. Y si me tengo que dar de leches con esta pandilla de fascistas violentos que no respetan los derechos fundamentales del resto de personas, pues nos liaremos hasta que alguien acabe herido de gravedad o muerto. A mí me la suda, yo ya no tengo nada que perder, y estoy MUY HASTA LOS COJONES de tanto payaso sin ninguna puta gracia. Total, el país ya se va derechito hacia una nueva guerra civil, sólo la imbecilidad y el aborregamiento de la masa a través de la desinformación de los medios están retardando lo inevitable. Pero ya que tiene que llegar, coño, que empiece cuanto antes y así eliminamos de una puta vez a toda esta escoria que nos ha jodido la vida y nos la continúa jodiendo para su propio disfrute y regodeo. Que os dejo, colegas, que me salgo a la calle a montarla. Ya os contaré.