Al llegar a Elgin, podemos desviar un poco nuestra ruta para visitar Lossiemouth, el enclave más al norte de la zona, y de paso comenzar a disfrutar de unas hermosas vistas al mar que en breve van a empezar a ser espectaculares. Y es que al llegar a Fochabers cambiaremos de carretera para subir por la A98, ésta sí bordeando la costa, dejando a la izquierda multitud de pequeñas aldeas pesqueras cada cual más bella. La parada en cualquiera de ellas es más que recomendable. Apenas unas millas más adelante llegamos a Banff y Macduff, dos poblaciones con paisajes de escándalo situadas cada una a un lado de la misma bahía. En otros tiempos, Banff no sólo era un puerto pesquero de gran referencia en la zona, sino también una zona turística de veraneo junto al mar para todos los habitantes de Gran Bretaña. A día de hoy, el pueblo está más que apagado, comercios fantasmas y tan sólo alguna que otra taberna marinera que, por supuesto, nos puede ofrecer un muy acogedor ambiente y unas relajantes pintas de cerveza.
Macduff es un sitio ideal para hacer noche, recomendamos el hotel Knowes, con unas espectaculares vistas de toda la bahía y una simpática rubia llamada Sheela que nos pondrá tanta cerveza y whisky como nuestros gaznates puedan aguantar (del bolsillo no preocuparse, increíblemente barato). Lo malo es que, a pesar de no ser una zona especialmente transitada, el hotel casi siempre está completo. No hay problema, siempre queda por ahí algún B&B, como el del abuelo desdentado, donde podemos dormir muy a gusto en mitad de todo este ambiente marinero. Muy simpático por cierto el vejete en cuestión, un tipo que asegura que la única comida que hace al cabo del día es el desayuno (escocés, por supuesto), ya que por la noche cena dos pintas de Guiness y se va tan contento a la cama. Y muy mal no le debe ir su teoría porque con más de setenta años el hombre está como un roble.
Una vez repuestas las fuerzas aún haremos una última excursión por la zona, obligada por la hermosura de los parajes a visitar. A la salida de Macduff tomamos una carretera mucho más cutre que bordea los escarpados acantilados de la zona y que sirve de antesala a pequeños enclaves pesqueros de auténtico ensueño. Gardenstown es imprescindible, que los conductores tengan cuidado con la estrechez de sus calles y lo pronunciada que es la bajada hacia el puerto. Y más espectacular aún, un poco más allá, Pennan, pequeña aldea que sirvió como escenario de rodaje a la mundialmente conocida película ochentera Local Hero. En realidad en estos lugares no hay nada que visitar, simplemente extasiarse contemplando los paisajes y hacer que la cámara de fotos saque humo. Apenas unas millas más allá ya se encuentra Fraserburgh, extremo oriental de todo este litoral, donde cogeremos la carretera dirección sur hacia Aberdeen y más allá, de regreso a casa después de haber disfrutado de toda esta espectacular ruta por el norte de Escocia.