Es el despropósito irracional de unas absurdas y surrealistas nuevas leyes para los conductores, que cada día rayan más en la locura absoluta. La última vez que realicé un viaje largo estuve a punto que dormirme unas catorce veces, y es que eso de tener que ir todo el rato entre 100 y 120km/h es un torro, aparte del lógico peligro que conlleva tener que estar cada tres segundos mirando la aguja del cuentakilómetros en lugar de la carretera, porque si te pasas, dinero que sale de tu bolsillo directo al de un sudaka por el arte birlibirlesco de las maravillosas ayudas sociales zetaparianas. Para más inri, y con un afán recaudatorio que supera ya los límites de la desvergüenza, este desgobierno de hijos de puta ha decidido incluso manipular los alcoholímetros para que gente que no ha consumido ni una gota de alcohol dé positivo en los controles con un más que sospechoso 0'26, cuando el límite establecido es de 0'25. Sí, esto es una realidad, son ya unos cuantos conocidos los que me han comentado que les ha sucedido exactamente la misma anécdota, curiosamente ninguno de ellos había bebido y curiosamente todos daban la misma cifra de alcohol al soplar por el chirimbolo. Hermosa política psoística, arruinar el país y financiar sus errores a base de ROBAR descaradamente y mediante engaños y falsedades al ciudadano de a pie. ¿Despertará esta España de los zombies? Lo dudo.
La última locura en forma de campaña dirigida a los conductores la vi ayer por primera vez en televisión. Demencial. Salían médicos, cocineros, policías y tipos trajeados que decían pertenecer a la DGT recomendando que cuando nos pongamos al volante no comamos porque produce sopor y sueño. Sí, tíos, habéis leído bien, PROHIBIDO COMER. Hombre, lo de no mamar pase, lo de ir chafando huevos como que ya es excesivo, pero que ahora directamente cuando vayas a coger el coche te quieran matar de hambre, esto ya pasa de castaño oscuro. Yo ya me veo a los picoletos haciendo controles gástricos, parándote y metiéndote una sonda por el esófago para ver si has comido, sí, dos napolitanas de jamón y queso y un huevo duro, hostia, estás al límite de irte al talego eh, pero mira, como tampoco te has pasado, mil euritos de multa, eso sí, el pavo ese que se ha metido el codillo con patatas antes de emprender viaje a Murcia, cárcel directa, por glotón. Y nos cruzaremos de brazos y nos dará igual, porque aquí ya comulgamos con ruedas de molino. Al final, como dice mi viejo amigo Daniel, perderemos todos el permiso de conducir e iremos por ahí llevando vehículos sin carnet porque, al fin y al cabo, por eso te ponen menos multa que por jalarte una hamburguesa mientras conduces.