martes, 5 de enero de 2010

De vuelta

El vikingo ha regresado. Todavía con las secuelas de la agresión sufrida por cobardes nazisociatas liberticidas y aún con una mano a la virulé, lo cual me impedirá durante algún tiempo escribir posts a un ritmo medianamente decente. Pero ya no podía seguir callado, viendo cómo unos auténticos hijos de puta nos están destrozando la vida una y otra y otra vez y no se cansan y encima se ríen y jactan de ello. Ya me pueden pegar cuatrocientas palizas estos babosos malnacidos que para callarme tendrán que matarme. Lo peor es que son capaces de ello con tal de defender el trono de su caudillo lunático Zetaparo y sus secuaces feminazis, imbéciles y anormales. He estado fuera, viendo mundo, comparando, lo que muchos de estos hijos de mala madre y ciudadanos alelados quizá deberían de hacer para darse cuenta de cómo está a día de hoy España y las mentiras que por ella circulan con tal de perpetuar a esta estirpe de bastardos genocidas en el poder. Aunque están tan enfermos que igual ni así se daban cuenta. Pero ciertamente, ver este país desde fuera y comparándolo con algún otro de la misma Unión Europea es incluso más doloroso y triste que vivirlo desde su propio interior.

La tomadura de pelo de los sueldos y el nivel de vida en España ya no se la debería de tragar ni el tío con la boca más grande del planeta. He estado en un país europeo donde el sueldo mínimo dobla al de España y los precios básicos no llegan ni a la quinta parte. Nos están timando, engañando, robando y encima nos dejamos. Una compra básica en cualquier supermercado por 4 euros que, con los mismos productos, aquí costaría 20. Algunos de los precios más llamativos se daban en productos curiosamente españoles:
Plátanos (kilo): 0,54
Naranjas (kilo): 1,02
Chorizo ibérico (200g): 1,21
Por no hablar de otros incluso más básicos (o no tanto):
Pasta (500g): 0,07
Filetes de ternera (500g): 2,00
Pollo precocinado (200g): 0,69
También podemos contratar telefonía fija, más televisión más internet por 20 euros. Tenemos luz, gas y agua hasta hartarnos por la mitad de precio que en España, y aquí encima con restricciones. Y si cuando sales de trabajar te quieres poner piripi, resulta que el alcohol (el artículo más caro del país debido a los "abusivos" impuestos) está al mismo precio que en España y hasta es de más calidad. Hablo de supermercado, claro, porque si nos encaminamos al mundo hostelero entonces sí que podemos afirmar con rotundidad que España es el país más caro del mundo. Y así le va al turismo como le va, que los extranjeros no son gilipollas como los votantes de Zetaparo.

Y hablando de trabajo, acabo de llegar de un país donde la tasa de paro circunda el 7% (mejor no hablar de la cifra en España), y en la práctica totalidad de los casos este paro viene dado por personas que decicen agotar su subsidio hasta encontrar un nuevo empleo. Y es que el trabajo se desparrama por las aceras. Incluso hay quien apostado a la puerta de un negocio te ofrece un empleo simplemente cuando vas andando por la calle. Vamos, igualito que aquí, crisis mundial, jajaja. Zetaparo hijo de puta. MENTIROSO, FALAZ, MALNACIDO. Claro, la vivienda, se me olvidaba. Yo recomiendo al que tenga una casa en propiedad, esté asfixiado como un cerdo con su hipoteca y no llegue ni a fin de mes, que se traslade a este país. Pon en alquiler tu vivienda y hazte inquilino allí, porque con la diferencia monetaria que va a resultar de la operación casi que no hace falta ni que trabajes. Alquileres en el centro de una ciudad de las más importantes del país por poco más de 400 euros. Y ya no hablemos si vamos a un barrio algo menos "lujoso", que a poco que busquemos nos quedamos en la mitad. Pero claro, vivir en España es más barato que en el resto de Europa. Por eso el sueldo mínimo es de 600 pavos, eso si tienes la suerte de tener empleo, los alquileres andan rondando la misma cifra y ya para comer y pagar los recibos pues te jodes, te mueres de hambre y vives a oscuras. Un aplauso al hijo de puta de Zetaparo y a los imbéciles descerebrados que le siguen votando.

Por cierto que la inmigración era un asunto muy europeo y multicultural y, claro, en España somos todos unos racistas porque estamos a años luz de otros países de la Unión y blablabla. ¿Verdad que sí, nazisociatas? Será por esta razón que en la ciudad en que estuve en tres semanas no vi NI UN SOLO SUDAKA. La cifra es fácil, cero. La misma que en Madrid o Valencia, por poner un par de bonitos ejemplos. ¿Negros? Cuando veías alguno decías, ¡coño, un negro!, y por supuesto todos arreglados, bien vestidos e integrados tanto en costumbres como en idioma. Vamos, igualito que en España. ¿Qué conlleva todo esto? Una seguridad ciudadana envidiable, bastante lejos del navajazo que te puedes llevar en algunas ciudades de la chaladura zetapariana simplemente por poner el pie en la calle. Pero claro, España, el país europeo que más inmigración recibe, necesita más inmigrantes para ponernos a la altura de otras naciones. ¿De cuáles, de Somalia?

¿Hablamos de los medios de comunicación? Yo acabo de volver de un país donde los informativos informan, no insultan, informan, no manipulan, informan, no ponen en la diana a una persona para que luego le agredan por la calle, INFORMAN. No hace falta poner cuatro partidos de fútbol a la semana, es más no se retransmite ninguno, porque no es necesario entretener a la aborregada masa mientras se muere de hambre. Films de calidad, clásicos, acción, buenos dramas, no mierdas sobre negros y moros que nos importan una mierda ni manipulado cine de producción propia con alto contenido político. Series interesantes, de todas épocas, con argumento, no teledirigidas con contenido lavacerebros y la única intención de manipular a la aborregada masa. La programación navideña respetando los valores tradicionales, programación infantil de toda la vida, dibujos animados educativos, cuentos clásicos, no teleputas ni diarios de Putricias ni gilipolleces adoctrinadoras dirigidas a corromper y pudrir la educación de los más pequeños.

Y lo mejor es que, como en cualquier nación civilizada y normal, nadie, absolutamente nadie en la pequeña pantalla dice ni una puta palabra de violencia "machista". Es más, cuando sales a la calle y en la prensa se lee que el lunático anormal quiere que la presidencia española en la Unión se dedique especialmente a dar a conocer el temita de marras, la gente, sabiendo que eres español, te interpela sobre el asunto. ¿Qué cojones quiere decir ese payaso con lo de violencia "machista"? Lo explicas y las caras son de alucine. Lo vuelves a explicar con más detalles y ya comienzan las carcajadas, ¿cómo se puede ser tan ridículo?, se preguntan. Hablas sobre los miles y miles de hombres inocentes encarcelados y con las vidas destrozadas por esta mierda y ya gravemente se preguntan cómo podemos tolerar eso en España. Pues sí, esa misma pregunta me hago yo, ¿cómo se puede tolerar lo intolerable? Por cierto, todo esto que he contado no sucede en ninguna nación imaginaria, Zetaparo de los cojones, sucede en el Reino Unido. Qué envidia.
 
Clicky Web Analytics