sábado, 28 de junio de 2008

Futbolistas con solera 6


José Ramón Bermell: la imagen que más recuerdo de este guardameta mallorquín que jugó en los 80 en el Valencia CF es la del tipo paseando por la línea de gol con la cabeza gacha mientras
le tiraban una falta, pasando olímpicamente de la barrera, el lanzador y el balón. Obviamente aquella falta fue gol y precipitó la salida de este tronco de portero de aquel Valencia que siempre coqueteaba con el descenso. Es más, a pesar de siempre rivalizar en esa portería con otros clásicos como Sempere o Manzanedo, Bermell fue titular en los finales de temporada más agónicos del equipo de Mestalla, en 1983 y 1986. Sus inicios fueron de lo más curioso, puesto que tras varios años condenado al ostracismo en el filial, llegó al primer equipo en 1982 a causa de una huelga de jugadores de primera división. Y allí se mantuvo de forma más o menos regular hasta el descenso del Valencia en el 86, cuando marchó al Cádiz, donde seguramente disfrutó de sus años más dorados hasta su retirada en 1992. Desde entonces y hasta la actualidad vive completamente retirado del mundo del fútbol en su Palma de Mallorca natal y se dedica a la abogacía.

Vicente Del Bosque: ampliamente conocido por su etapa como entrenador del Real Madrid e incluso ahora muchos rumores le ponen al frente de la selección española. Siempre se ha caracterizado por ser mejor persona que jugador, pero a pesar de eso me da especialmente asco descubrir que este tío tiene la misma pinta de alcohólico demacrado casi desde que debutó en el equipo blanco. Su carrera se inició en modestos equipos de su tierra como el Fátima o el Zamorano. En 1968 llega al Real Madrid, debutando en el primer equipo en 1970. En los años siguientes fue cedido a Córdoba y Castellón (con el que ascendió a Primera). De aquí hasta su retirada en 1984, fue indiscutible en la media madridista, incluso llegando a ser internacional en 18 ocasiones. Como todos sabemos su etapa como míster comenzó en 1994 con su gran utilidad a la hora de servir de recambio ocasional a los entrenadores que iban siendo destituidos del equipo blanco. Su continuidad definitiva llegó de 2000 a 2003 coincidiendo con una gran época del equipo madrileño, aunque finalmente se le dio el pasaporte por las buenas y sin demasiadas razones. Desde entonces se ha embarcado en varias extrañas aventuras como entrenar al Besiktas turco y ser secretario técnico del Cádiz.
 
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