La locura perturbada del productor porno con respecto a la película Local Hero es lo que mueve todo este viaje. El tipo, obsesionado por contemplar con sus propios ojos los hermosos parajes donde se rodó el film, no tiene mejor ocurrencia que meterse en un avión rumbo a Escocia y una vez allí dedicarse a pirular por los sitios más macabros y aislados de esta zona del Reino Unido. Una vez más, acentuando su masoquismo ante el odio que siente por los británicos, el alcohólico se embarca en esta aventura, en principio con el objetivo de servir como traductor al productor, aunque sus intenciones, tratándose de Escocia, son bastante más etílicas. Y es así como nada más aterrizar en Glasgow y recoger el cochecito preparado para la ocasión, un viejo amigo, el chulo, con su mirada persistente y duradera, aparece en el aeropuerto dispuesto a abrazar con auténtico fervor y cerdería al alcohólico. El primer día, con la presencia del chulito como guía, ofrece a nuestros amigos un interesante recorrido por la ciudad glasgowita, hasta que al productor se le hinchan los cojones de tanto andar y empieza la sesión cervecera. Tras un breve pero intenso recorrido por varias tabernas típicas, incluida la visita al amigo Chinaski por petición expresa del alcohólico, el chulo invita a una hermosa cena casera a los recién llegados, con un pollo ultrapicante que deja al productor completamente saciado y al alcohólico absolutamente destrozado por dentro. Todo aderezado con la ya típica "sangriata" solicitada por el chulo y fabricada por el alcohólico.
2nd day:
Aprovechando la doble pernoctación en el Acorn Hotel de Glasgow, nuestros queridos viajeros deciden acercarse a pasar el día a Edimburgo, evidentemente llevando consigo al chulo para amenizar el viaje con sus comentarios tarados y con la presencia de última hora de la hermana del Comité, tipa a la cual se beneficia el chulo aunque luego le insulte y le ponga caras de asco. El paseíto turístico está muy bien pero se acaba cuando el productor decide que ya está cansado y el alcohólico comienza a taladrar con su habitual sed etílica. La mala noticia es que en esta mierda de ciudad no se sirve alcohol hasta las doce y media, y el nerviosismo comienza a cundir. Finalmente, se consigue una taberna regentada por un abuelo senil que se pasa por el forro la prohibición para regocijo del alcohólico. El productor comienza a probar todo tipo de cervezas y ales, intercalando un whiskyto de cuando en cuando. El chulo comienza a hacer el mono por las calles de la ciudad y el pedo va subiendo, desembocando en una virulenta comida en un restaurante de lujo a base de ostras y gruesos filetes de ternera. Tras enchufarse varios whiskys después del contundente papeo (había que probar la variedad de la zona), el productor decide que ya va siendo hora de regresar a Glasgow, aunque seguramente en esta decisión influyó el comentario de la hermana del Comité sobre una taberna en la que sólo servían whisky localizada en la susodicha ciudad. Y efectivamente, pronto fue visitada esta "whiskería", junto con unos cuantos locales más, hasta que la pedalera fue tal que el productor decidió irse a roncar hasta el día siguiente. Aún el alcohólico y el chulo acabaron en la morada de este último para meterse entre pecho y espalda unas birritas mientras se partían la caja observando fotografías de lugares y experiencias comunes acontecidas en el pasado.
3rd day:
Llegó el momento esperado por el productor porno. El coche de nuestros amigos enfila la carretera hacia Aberdeen y más allá, absolutamente dirección norte hasta llegar a las costas del mar del Norte, concretamente a la diminuta población pesquera de Pennan, primero de los perturbados lugares donde se rodó la peli en cuestión que obsesiona al productor. El sitio desde luego es muy bonito pero no ofrece más que un paseo de diez minutos arriba y abajo, unas cuantas fotos y la recogida de unos pedruscos de recuerdo. Es así como nuestros viajantes deciden seguir pirulando por toda esta costa en dirección a Inverness, buscando algún lugar cutre donde poder jalar y hospedarse. Por el camino se encuentran a un abuelo segando el césped que en un inglés muy rudimentario intenta indicarles un alojamiento, incluso ofreciéndose a llevar a los dos gordos en su propio coche. Finalmente no hizo falta, en una colina de la población pesquera de Macduff aparece el Knowes Hotel, propiedad de un matrimonio cuarentón ultrarreligioso con varios niños y una camarera rubia que pone nervioso al alcohólico, que no duda en comenzar su acoso. Previamente, tras una visita a la cercana localidad de Banff, otrora importante, ahora completamente fantasmagórica, y tras unas pintas en una macabra taberna de marineros, el productor también encuentra satisfacción visual con una camarera de un garito cercano, a la cual tilda de "auténtica actriz porno" debido a sus protuberantes redondeces. Después de cenar, el productor se mete dos gintonics y cae redondo, mientras el alcohólico, en su afán por taladrar a la camata del hotel, comienza a hincarse whiskys hasta que le cierran el bar, para acabar subiendo las escaleras hacia su habitación dando tumbos y a cuatro patas.
4th day:
Es el día de la visita al lago Ness. Aunque a primera hora del día, y tras una parada en la localidad más al norte de la zona, Lossiemouth, nuestros amigos se topan con una destilería que les ofrece un tour personalizado, incluso con un guía en español, y por supuesto con la consiguiente cata de whiskys del lugar. Tras esta divertidísima experiencia llegan absolutamente piripis a Inverness, lo cual no evita que allí se metan unas pintas para amenizar la visita al castillo (que ofrece bien poco) y que el alcohólico entable conversación con varios hooligans del lugar, que ya iban totalmente pedo a las doce del mediodía. Tras pasar por delante de La Tortilla Asesina, taberna española mucho nos tememos que de muy mal gusto, comienza la ruta bajando junto al Loch Ness. El alcohólico lleva todo el día obsesionado con ver a Nessy, cosa que al final no se produce a pesar de que unas horas antes, en la destilería, le comentaron que la forma más fácil de ver al bicho era metiéndose un bar de botellas de whisky en el cuerpo. Tras una ruta por hermosos parajes que incluye pasar junto a la montaña más alta del Reino Unido, el Ben Nevis, nuestros queridos gordos deciden continuar en dirección a otro de los objetivos del viaje, la localidad costera de Mallaig. Atravesando los hermosos parajes del Loch Eilt, del cual se tomaron fotos mientras se meaba en plena naturaleza, se llega finalmente a la costa atlántica y a este bello pueblo pesquero. El hotel, de nuevo con grandes vistas, no acaba de convencer a nuestros amigos, las camatas son muy feas e incluso al alcohólico le sirven una pinta de Guiness que no está del todo llena para gran cabreo suyo. Tras un paseo por la localidad, unas cuantas cervecitas y una cena bastante cutre, llega la hora de descansar.
5th day:
Tras cuatro días de intenso sol y calor, hoy amanece lloviendo, así que nuestros amigos deciden que no merece la pena estar mucho más por la zona y suben al automóvil. A los diez minutos (el puto clima escocés cambiante) las nubes desaparecen y vuelve el calor de los huevos, así que se realiza la obligada parada en las hermosas playas de Morar, lugar que también fue utilizado para rodar la peli que ya nos empieza a obsesionar a todos. Bordeando toda la costa por una carretera cutre, los paisajes son encantadores, pero nuestros amigos ya tienen sed y rápidamente se enfilan hacia una taberna que curiosamente también sale en la peliculita de marras, ubicada en la cercana localidad de Lochailort. Putada grande, ya que está cerrada, pero Fort William no queda muy lejos, y parece un sitio bastante divertido para meterse algo de jale en el cuerpo y mamarse unas cuantas pintas. Cumplimentado este trámite y tras ojear mínimamente esta ventosa ciudad ubicada a las orillas del Lago Linnhe, el productor porno, en su obsesión por el whisky de Oban, decide acercarse a esta ciudad, que no queda muy lejos de allí. Por desgracia la destilería está cerrada, así que tras un corto paseo y un sándwich de gambas en el puerto, nuestros viajantes, no se sabe muy bien por qué, deciden ir a buscar alojamiento al pueblo perdido de Inveraray. Aquí comienza la perturbación mental del productor, que cansado del lujo de hoteles bastante impersonales, le comenta al alcohólico lo divertido que sería probar algún alojamiento rural con el típico abuelo que te taladra en la cena y te pone un desayuno criminal. Y efectivamente, tras algo de chumeo y un pequeño paseo por el pueblecito, un abuelo medio tarado abre las puertas de su hermosa casa junto al lago Fyne (se puede saltar desde la casa al agua) a nuestros amigos. Mientras el productor, beodo y cansado, ronca a pierna suelta, el alcohólico se ve la final de la copa de la UEFA en un saloncito que el abuelo tiene para los huéspedes, descubriendo que el inocente anciano tiene contratados más de cincuenta canales porno de pago. Todo un pillín.
6th day:
Hoy no hay nada pensado, pero el alcohólico se ha levantado completamente perturbado. Tras ojear un mapa y ver que se encuentran a la entrada de la península del Kyntire, su obsesión por la canción de McCartney que lleva el nombre del cabo en que acaba la susodicha península (Mull Of Kyntire), le lleva a preguntar al abuelo si el viaje es recomendable. No sólo encuentra una respuesta afirmativa sino que el viejo y unas abuelas que por allí pasaban se ponen a hablar del ex-beatle y su dichosa tonadilla. Ni cortos ni perezosos, y aunque la ruta les va a llevar todo el día, nuestros colegas se dirigen hacia el lugar, que es también el punto de Gran Bretaña más cercano a Irlanda. La carretera es una soberana mierda, apenas cabe un coche y en algunos puntos las cagadas de vaca se mezclan con la tierra y el barro. Para más inri, el alcohólico se cree Carlos Sáinz y comienza un particular rally que acaba con el productor en el asiento del copiloto roncando mientras se le cae la baba. La única población en unas doscientas millas es Campbeltown, sitio muy raro donde la camata de la taberna donde paran a la jalar y mamar es una gorda cincuenta que dice que al que no paga allí se le cierra la puerta, no se le deja salir y nunca más se sabe de él, cosa que no es de extrañar viendo dónde coño está el puto pueblo. Tras el hermoso paseo que ocupa casi todo el día, el productor propone ir a dormir a Stirling, antigua capital de Escocia, pequeña pero bonita ciudad muy monumental con un hermoso castillo y el famoso monumento a William Wallace que a nuestros amigos les importa una mierda. Ellos quieren beber, y vaya si lo hacen. Para redondear el día, la cercana localidad de Blairlogie les ofrece una granja donde una abuelita psicópata les da la más cordial de las bienvenidas a su morada. La señora, muy dulce e inocente, despierta cierto recelo en nuestros turistas, sospechas que se confirman cuando el alcohólico descubre en su habitación, la puerta de la cual no cierra, unas insignias de la RAF y varias cruces gamadas nazis. Finalmente, entre vacas, corderos y olor a estiércol, y tras atrancar la famosa puerta que no cierra, llega la hora de sobar.
7th day:
Lo que nos temíamos. La abuela psicópata sirve un desayuno brutal. El productor comienza a eruptar en plan muy cerdo mientras el alcohólico suda como un puerco intentando acabarse las infinitas lonchas de bacon. Cuando nuestros amigos abandonan el lugar, la abuelita, que por cierto se llama Margaret, sale a despedirles con gesto fraternal, parece que estas presas se le han escapado vivas, mala suerte, señora. Hoy es el último día y ya hay que acabar en Glasgow, a muy poca distancia, pero aún queda toda la mañana por delante para visitar la localidad de Dollar y su castillo de Campbell, y dar un paseo por la destilería más vieja de toda Escocia, Glenturret, cuna del famoso (y bastante malo) whisky Famous Grouse. Ya en Glasgow a la hora de comer (y mamar), el productor se mete una siesta brutal mientras el alcohólico sale en busca del chulo para iniciar la taja final, a base de otra "sangriata", cervezas por un tubo e incluso algunos whiskys que ya circulan por las maletas de nuestros viajeros. Esta noche el chulo nos va a obsequiar con unas pizzas caseras que están de escándalo, cita a la cual vuelve a acudir la hermana del Comité. Es a lo largo de esta tarde-noche cuando el chulo se destapa como en los viejos tiempos con nuevas y espectaculares frases made in Taran como "ese tío está tan gordo que le cabe dentro una ermita", "el tío gritaba como si se lo estuviera comiendo un dinosaurio" o el gran debate que propuso "¿por qué no puedo salir a la calle enseñando los cojones?". El alcohólico, con toda la taja acumulada de la semana cayó redondo tras unas caguetas que le hacían desaparecer cada cinco minutos, y el productor, que se jaló las pizzas como un auténtico cerdo, también pronto decidió irse a dormir incluso a pesar de su contundente siesta. El día siguiente estaba reservado para aeropuertos, aviones y más tajas, pero esa es otra historia.