Más destructiva, desagradable y penosa es la otra gran moda nazisociata, la violencia "machista". Ésta desde luego no hace ni puta gracia. Creando incluso un ministerio y nuevas leyes simplemente para la denigración injustificada y el encarcelamiento injusto de muchas personas por el mero de hecho de ser hombres. Con la excusita de esta moda ya son cientos de miles las vidas destrozadas por esta pandilla de lunáticos nazis de los cojones. Parejas que dejan de serlo porque a ella se le come el tarro con que hay que denunciar al hombre por ser hombre, padres que se quedan sin la posibilidad de ver a sus hijos nunca más simplemente porque unas leyes feminazis así lo dicen, maridos que acaban entre rejas sin haber hecho nada más que trabajar toda su puta vida como burros porque a la zorraesposa le parece más divertido irse con el querido y denunciar a su cónyuge para arrebatarle todo lo que tiene y quitárselo de en medio. Y nos llenan los desinformativos con esta mierda. Y las falsas denuncias (más del 80% según estadísticas) para la subministra trifásica nunca son falsas y se da orden a los jueces para que entaleguen a todos los denunciados sin ni tan siquiera comprobar la veracidad de la chiflada que denuncia. PSOE, destrozando vidas...
Y la última moda, todavía por desarrollar de pleno, pero con visos de tener gran calado entre la población por lo progre, moderna y guay que es. ¡Oissss, pero cómo mola! Las niñas de 16 años ya pueden abortar a destajo, tantas veces como quieran y sin que nadie se entere. Viva la libertad, o quise decir libertinaje. Ahora se pondrá de moda que las adolescentes vayan a las clínicas abortivas en grupo como quien va a hacerse la manicura, algunas incluso sin estar preñadas, para qué, si va mi amiga yo también voy, no vaya a ser que no me ajunten porque yo soy la única que no he ido a la "clini". Y después todas a comprar pastillitas para matar bebés, que como está tan guay y es tan fashion, seguro que acaba siendo un concurso en los colegios e institutos, a ver quién de todas se ha tomado más píldoras porque la han dejado preñada más veces. Y digo bien, colegios, porque con esto de las pastillitas del día después ya no hay ni edades, así que si una niña de once años se planta delante del farmacéutico pidiendo algo para matar esa cosita que está creciendo dentro de ella que nadie se sorprenda. Si este es el país más progre y moderno del jodido planeta, miren señores de aquí y de allá y de los confines estratosféricos del Universo, que en España las niñas de diez años ya pueden follar y abortar sin que nadie diga nada. ¡Pero qué megatopeguays que somos!