No voy a poner ningún pero a los exquisitos manjares, la cocinera sabía muy bien lo que se llevaba entre manos y nosotros los disfrutamos a estómago abierto. Pero allí estaba para amargarnos la comida una camarera zafia, asquerosa y maleducada, una sudakona que de mesa en mesa iba tratando a los clientes peor que a cerdos en la peor cuadra que uno se pueda imaginar, añadiendo el ingrediente del desdén y el desprecio. Cansados ya de que cada vez que se le pedía algo o simplemente cuando salía a servir nos ponía a todos cara de auténtico asco, no pude por más que espetarle lo que la totalidad de los sentados en el comedor pensábamos, que un poquito más de simpatía no le vendría nada mal y seguro que le ayudaría a ganar muchos clientes al barecillo en cuestión. Pues decir eso a esa pandilla de indios salvajes anormales es peor que llamarles hijos de puta, por lo visto. La muy mona pilló un rebote de tres al cuarto y soltó que ella ponía la cara que le salía de las narices, que no estaba allí para hacer amigos sino para trabajar (aunque no es que se deslomara precisamente) y acto seguido y sin venir a cuento comenzó a lanzar una perorata de trabajo esclavista, sueldos de mierda y tiro porque me toca que dejó a todos los comensales entre boquiabiertos e indignados.
Pensé que la "señora" debía de tener un máster en ingeniería química o algo así para sentirse tan indignada en su puesto de trabajo, así que le pregunté qué puñeras había estudiado. Nada, ella no había estudiado nada, apenas sabía leer y escribir, pero consideraba que su "valía y dignidad" como persona no eran como para estar en ese puesto de trabajo. No me hizo falta seguir, de una mesa del fondo se levantó un señor bastante obeso con bigote y cara de pocos amigos para tomarme el relevo conversacional con semejante hija de Chita. Y le explicó las cosas bien claritas, con universitarios más que cualificados como tenemos en este país que ahora mismo están mordiendo el polvo en las colas del paro sin cobrar un puto duro y que matarían por tener ese trabajo que a la monita tan humillante le parecía. Con españoles de toda la vida muriéndose de hambre por culpa de un hijo de mala madre dictador iluminado que no hace más que decir gilipolleces todo el día y esta sudaka de mierda venida de mitad de la selva teniendo preferencia para un puesto de trabajo que no le parece "digno" para su laureado e impresionante currículum profesional. A estos putos simios a medio civilizar les damos lo que nosotros mismos nos quitamos de la boca y luego nos vejan, insultan y se ríen de nosotros. Y a los zombies les parece bien, así vamos.