martes, 2 de junio de 2009

Un año de talego para un inocente

En los últimos días nos hemos enterado de la aberrante noticia del hombre que se ha tirado un año en el talego acusado de un "delito" que no había cometido. Sin pruebas, simplemente por el testimonio de su ex-esposa, una perturbada hija de puta a la que le había venido en bien acusar a su marido porque por lo visto es la moda y es megatopeguay. Obviamente, el pobre hombre estaba entalegado acusado de "violencia machista", esa maravilla que se ha sacado de la manga el despótico desgobierno de perturbados mentales que a día de hoy controla España. Una ley, extravagancia o burrada que sólo Dios sabe a cuántos inocentes tiene metidos entre rejas, y es que se habla de que cerca del 80% de las denuncias sobre esta gilipollez son falsas, inventadas por mujeres en busca de notoriedad o beneficios de toda índole por parte de un ejecutivo hijo de puta que además expolea a cualquier señora a que denuncie, sea maltratada o no, porque parece ser que el sexo masculino es un cáncer a eliminar. Por lo visto, estos amargados hijos de mala madre no tienen nada mejor que hacer que joder la convivencia de matrimonios y parejas porque a ellos les sale de su putrefacta mente. Asquerosos jodevidas de mierda, os jodía yo vuestra existencia a tiros, putos cabrones.

Lo peor de todo es que el hecho de que este hombre haya demostrado su inocencia ha sido casi un auténtico milagro. Desde el primer día, intentando buscar alguna prueba que demostrara que el no había hecho nada, viva la presunción de inocencia. Por lo visto para este tipo de "delitos" no hay presunción de inocencia, sino de culpabilidad. Porque la señora no había presentado ni una sola prueba contra el hombre, simplemente había declarado sobre los supuestos malos tratos y hale, un tipo más al trullo, para qué entrar en detalles y pruebas que, cuidadito, igual demuestran que ella miente. ¿Cómo va a mentir si es una mujer? ¡Y él un hombre! ¡Menudo hijo de puta por haber nacido hombre, cabrón, maltratador, al talego! Y resulta que al final a base de recibos, facturas y todo tipo de papeles que el señor guardaba gracias a Dios, porque ni le hacían falta, pudo demostrarse que él no estaba en los lugares que su esposa decía que estaba cuando recibía las supuestas leches, que parece ser se metía ella misma. Y con semejante bola nadie está en su sano juicio como para pedir alguna mísera prueba de que esta chiflada dice la verdad. Ciertamente las cosas que pasan en este país y las locuras creadas por este desgobierno son ya de auténtico disparate. Disparates que, lamentablemente, están jodiendo las vidas de miles y miles de personas en España.

¿Y qué ha hecho el desgobierno ante esta criminal cacicada cometida por sus manipulados servicios judiciales? Pues el hijo puta, lo único que saben hacer. Vamos, que este tipo de cosas son asuntillos aislados y que se va a abrir una investigación a ver qué ha pasado porque NO ESTÁ CLARO QUE EL HOMBRE DIGA LA VERDAD. ¿Pero se puede ser más vil y más rastrero ya? Te ponen la puta verdad delante de las narices y la niegas, pero es que esto ya es de ser un auténtico enfermo mental muy peligroso. Y por supuesto, aunque finalmente se demuestre que el señor no tiene ni puta culpa de nada y que la tipa es una malnacida que se ha inventado todo esto para joder a su ex-marido, ella saldrá de rositas, pero totalmente, y el tipo se ha comido un puto año de talego. Así, por las excelencias de Zetaparo y sus malparidos seguidores. Y para echar un poquito más de leña al fuego, ahí llegan los medios de desinformación ha corroborar la locura desgubernamental alegando que este tipo de casos no se deben de tener en cuenta porque entonces el tema de la "violencia machista" perdería credibilidad y blablabla. No te jode, pero si es que ya directamente NO TIENE NINGUNA CREDIBILIDAD. Esto no es más que un invento por parte de mentes completamente desquiciadas con el objetivo de joder la vida a miles y miles de personas. Y ciertamente algunos ya hemos llegado al límite de la jodienda y en breve explotaremos. Preparaos, nazisociatas de los cojones.
 
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