sábado, 27 de junio de 2009

Santiago Carrillo vs John Rambo

Realmente hay que estar muy enfermo de la cabeza para ponerle un micro y una cámara delante a un asesino genocida de la talla de Santiago Carrillo y después llamar a esas dos horas de despropósitos y barbaridades varias "película". O el tipo que lo ha hecho es un tarado peligroso o es un auténtico hijo de puta que da bombo a uno de los tipos más sanguinarios y malvados que ha pisado la faz de La Tierra. Y para que el juego de malnacidos sea completo, nos encontramos que nuestra querida televisión pública, la que pagamos todos los españoles, programa el "film" en cuestión dando voz y aprobación a semejante despojo humano y a todas las cacicadas, animaladas y matanzas cometidas por ese hijo de mala madre. Y la compra de derechos y retransmisión de esta tropelía se hace con el dinero de todos los españoles, incluso con el de aquellos que han visto como sus propios familiares eran asesinados y torturados por el susodicho Santiago Carrillo, deleznable hijo de puta que encima se regodea de todas sus "hazañas", porque al fin y al cabo, mientras un tipo de su misma calaña esté sentado en la poltrona del actual ejecutivo español, no sólo va a tener inmunidad total para decir todas estas barbaridades, sino que encima se le va a considerar un puto héroe.

Esto no pasa en ningún otro país, España es única, una cueva de lunáticos, asesinos, monos y perturbados mentales varios. Y para rematar, zombies, idiotas profundos que ven que suceden este tipo de cosas, que no llegan a fin de mes, que no tienen trabajo, ni comida, ni casa, pero que prefieren hablar de Cristiano Ronaldo y de Fernando Alonso. Por lo menos al hijo de puta de Carrillo no le vamos a tener que aguantar mucho más, pronto se irá a criar malvas junto al pedófilo descolorido, porque por mucho que se crea inmortal, no lo es. Seguro que el día que caiga le harán los veinte mil honores, pero yo espero ya no estar en este país para verlo, porque de verdad que cada día España me da más asco. Es inaguantable e intolerable tener que cruzarse todos los días con estos hijos de puta que nos están arruinando la vida y encima se ríen de ello, los putos votantes y simpatizantes nazisociatas. Es de ser auténticas malas personas el que todavía tengan los santos cataplines de decir que en nuestro país no hay paro, que todo es una invención ¡de los medios de comunicación! ¿Pero se puede estar ya más enfermo mental? ¿Pero qué cojones hacen con esta gente en Ferraz, les quitan el cerebro de ser humano y les ponen uno de imbécil perdido destrozavidas o qué? ¡Pero qué asco da el puto PSOE de los cojones, coño!

Me relajo, parece mentira que de mi boca vaya a salir una palabra de apoyo y loa a Canal 9, la radiotelevisión valenciana, pero es lo que toca, porque ayer sólo ellos me dieron el momento de felicidad y relax del día. Ya hablé en varias ocasiones hace tiempo de la película John Rambo, ayer me enteré de que realmente la habían sacado de los cines antes de lo que tocaba por orden ministerial, lo sospechaba, porque no es normal que un film que hace una taquilla más que aceptable vuele de las salas a las pocas semanas. La excusa es que era demasiado violenta, y no les falta razón, pero a mi juicio eso le da muchos más puntos. Sin embargo los auténticos motivos de esta censura despótica y completamente nazi hacia la cinta de Stallone eran otros muy distintos. El mensaje de Sylvester es bastante claro, las ONG's son un puñado de niños pijos que no tienen ni puta idea de nada y al final son más violentos y radicales que la madre que los parió. La raza amarilla es violenta, intolerante, salvaje y machista por naturaleza. El malo maloso de la peli, un asesino y torturador despiadado es un marica pedófilo. La tía que aparece es inútil e imbécil y cuando empieza la batalla no sabe hacer nada más que echarse las manos a la cabeza y gritar. Todo este cóctel, absolutamente realista, no gustó nada a la política lavacerebros del actual desgobierno, más encaminada a hablar de los mundos de Yupi y de las imposibles alianzas de mierdalizaciones. Pues sí, un hurra para Canal 9, que se atrevió a programar esta película para el disfrute de todos los españoles que todavía tenemos cerebro y cojones.
 
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