No suelo hablar de la Guerra Civil Española, creo que a día de hoy hay problemas más graves de los que ocuparse en este país que de desenterrar muertos y volver a dividir España en dos bandos, a pesar del placer que este tipo de cosas parecen producir en ciertos sujetos y alimañas del círculo zetamalnacido. No, definitivamente no creo que lo acontecido casi hace ochenta años nos vaya ahora a servir de mucho o a repercutir en una nación que nuevamente se va al garete pero esta vez por otros motivos, aunque los culpables sean muy similares. Ahí me he pasado, similar a esta caterva de hijos de puta nazisociatas progretas de la actualidad no hay nada, pero ni de lejos. El caso es que aunque no suela hablar de estas cosas hoy haré un pequeño inciso, ya que anoche vi un interesante reportaje sobre las Brigadas Internacionales, en el que salían algunos de estos brigadistas a día de hoy explicando cómo les habían engañado sobre lo que ocurría en España y sobre las razones por las que venían aquí. Ellos creían defender las libertades y la democracia y en realidad lo que se encontraron una vez enfrascados en la lucha fue a una pandilla de locos sanguinarios que arrasaban con todo, destacando dos nombres en particular, Dolores Ibarruri y Santiago Carrillo.
Para desgracia nuestra, uno de estos dos nefastos personajes sigue con vida, la momia genocida de Paracuellos, uno de los hijos de puta más grandes que jamás ha pisado la faz del planeta, un asqueroso asesino sin remordimientos y que disfrutaba con su rol de torturador y genocida hasta el punto de, no sólo no arrepentirse nunca de ello, sino incluso regodearse con todas sus "hazañas". En esta carta de un viejo conocido (que no precisamente amigo) se detallan algunas de sus mayores "proezas". Todo un angelito este malnacido que, gracias al desgobierno chalado y perturbado de Zetaparo el magnífico, ha encontrado nuevo refugio para sus ideas asesinas y nuevos alientos para continuar con su cruzada contra la humanidad en las filas del puto PSOE, cómo no. Por fortuna, semejante hijo de la gran puta ya cuenta con 95 años de edad y no creemos que ande mucho más por este mundo paseando sus instintos genocidas y alardeando de ellos con consentimiento de un puñado de imbéciles y cabrones. Pero ciertamente nunca ha sido tan cierto ese famoso refrán de "mala hierba nunca muere" como con esta alimaña carroñera.
El caso es que la momia genocida ha vuelto a la palestra en los últimos días, soltando más barbaridades y recibiendo aplausos de los palmeros nazisociatas retrasados de siempre. Entre otras lindezas nos suelta que Hamás es una organización que lucha por los intereses del pueblo (el pueblo asesino, será), también aboga por el exterminio de Israel y los Estados Unidos (ese ramalazo nazi, Santiaguito) y a nivel nacional suelta la chorrada mental absoluta de que el PP pone en peligro la democracia en España. Sí, será porque este tío es muy demócrata, seguramente tanto como Stalin. Aunque ahora me viene a la memoria un comentario que leí en un libro de Mierducación para la Ciudadanía, que reza "Estados Unidos y la Rusia soviética impusieron su modelo democrático". La pena es que el PP, esa pandilla de maricones acomplejados que se han quedado durmiendo en las nubes mientras un lunático revienta España, no ponga en peligro tu vida, Santiago Carrillo asesino genocida hijo de puta. Si aún quedara alguien con dos cojones en España te llevaría, tengas la edad que tengas, al sitio que te corresponde por todo el mal que has hecho en esta vida, al paredón o a la silla eléctrica.