
Wichita Falls es una curiosa ciudad de unos cien mil habitantes situada en el norte de Texas, a medio camino entre Dallas y Amarillo. Lo que más llama la atención es que a pesar de su nombre (Cataratas de Wichita), no hay existe ninguna catarata en kilómetros a la redonda. Al parecer a finales del siglo XIX se documenta que sí que había unas cataratas al paso del río Wichita por la antigua ciudad, pero quedaron destruidas en una inundación. Los miles y miles de turistas que durante décadas han venido en busca de algo que no existía, han provocado la construcción de una catarata artificial como recuerdo y monumento de interés. Se tiene constancia del primer asentamiento indio en la zona a principios del siglo XVIII, aunque no fue hasta 150 años después cuando los colonos europeos se instalaron en la zona como rancheros. Aún así todavía a día de hoy dos mil descendientes de los primeros nativos americanos residen en la zona. En un área muy castigada por los tornados (algunos incluso de dimensiones históricas), la población de Wichita Falls, en su inmensa mayoría de raza blanca, practica un ferviente cristianismo, estando muy patente en toda su cultura la gran influencia de la música country.
Ubicada en el condado texano de Castro (curioso nombre), Nazareth es una pequeña población de alrededor de 350 habitantes situada unos 80 kilómetros al sur de Amarillo. Su tan bíblico nombre se debe al fundador de la ciudad, Joseph Reisdorff, sacerdote católico de origen alemán, que llegó hasta el desolado lugar en 1902 junto a cuatro granjeros en busca de nuevas tierras. Pronto llegarían más familias, en su inmensa mayoría también de origen alemán, para instalarse en la recién fundada población y dedicarse fundamentalmente a la agricultura. A lo largo de todo el siglo XX, de forma lenta pero continua, la población ha ido poco a poco aumentando hasta llegar al número actual. Llama la atención que el 97% de la población sea de raza blanca, con marcados rasgos arios en muchos de sus habitantes debido a su origen germano. Como no podría ser de otra manera en una ciudad con ese nombre, la religión es el todo en la vida de sus habitantes, declarándose fervientes católicos practicantes más del 75% de ellos.