Se acercan las elecciones en Galicia, malévolamente camufladas en el mismo paquete que las que tendrán lugar en Vascongadas, en un intento más por parte del nazismo psoísta de ocultar la realidad cotidiana de una comunidad que se encuentra en una situación patética de intolerancia y fascismo dictatorial horrible. Y es que a día de hoy Galicia está viviendo situaciones mucho más graves que las de Cataluña o incluso País Vasco, con una dictatura idiomática sin parangón en todo el territorio español e incluso con la presencia de un grupo terrorista propio, pero eso en los manipulados medios de desinformación no vende, sobre todo tratándose de una comunidad desgobernada por un Partido Nacionalsociata Gallego que hace mucho mucho tiempo que perdió completamente los papeles. Son ya muchas las familias que han tenido que exiliarse de Galicia, obligadas por la fuerza a seguir las reglas intolerantes impuestas por esa panda de nazis perturbados con las siglas BNG, y son también muchas las familias que son señaladas con el dedo como si fueran judíos en la Alemania de los años 30 y 40, pero no pasa nada. El silencio informativo respecto a Galicia es total y la situación empeora a cada segundo que pasa.Pocos recuerdan ya la triquiñuela nazisociata, literalmente robando el gobierno de la Xunta al PP, que se quedó a tan sólo un punto de la mayoría absoluta. Y es aquí donde todo comienza, donde partidos sin ningún tipo de ideología política y con la única fijación del poder y las cacicadas mentales que se pueden cometer cuando uno lo ostenta. Y es así como el PSOE gallego se alía con un partido proterrorista y de ideología nazi, el BNG, el partido del terror del chiflado Doctor Muerte, Anxo Quintana. Un tipo que nada más llegar a la Xunta suelta lindezas como que su único objetivo es la independencia del oprimido pueblo gallego y que para ello es capaz de justificar "cualquier medio". Con semejantes aseveraciones es lógico que aparezca el grupo terrorista Resistencia Galega, que en apenas cuatro años ha cometido ya innumerables atentados y que ya carga a sus espaldas cuatro muertos. ¿Pero a que esto no ha aparecido en ningún asqueroso medio de comunicación? El silencio gallego interesa ahora más que nunca.
Un partido, el BNG, cuyo caldo de cultivo son las radicalizadas universidades gallegas. Es el mejor lugar para conseguir su más que efectivo lavado de cerebro. De esta forma podemos contemplar estadísticas que nos indican que la única representación que consigue habitualmente este partiducho es obtenida de las provincias de La Coruña y Pontevedra, curiosamente donde están ubicadas las principales universidades gallegas. Y estos niñatos de papá, consentidos ricachoncitos votantes de semejante ideología político-terrorista, se jactan de montar pollos como la agresión a Rosa Díez en las últimas elecciones generales al grito de "fascistas no". Es curioso que el partido al que ellos tanto veneran haya recomendado la lectura del Mein Kampf de Adolf Hitler, pero claro, me imagino que estos "fascistas" sí que son bien vistos, más que nada porque no son fascistas, sino directamente nazis.
Y es así, con la complicidad de un PSOE que en Galicia lo único que hace es insultar al PP y dejar que sus maravillosos socios de desgobierno sigan haciendo de las suyas, como llegamos a situaciones tan aberrantes como las que se dan con la educación en esta comunidad. Y es que desde hace unos años en Galicia ya es imposible educar a un hijo en español. Ya no hay dos líneas idiomáticas, en los colegios tan sólo se estudia en gallego. Sí, ya sé que eso va contra la Constitución Española, pero a estos terroristas bngístas se la suda a mares, y curiosamente al PSOE también, porque al fin y al cabo ellos no tienen puta ideología, se dejan llevar al huerto y allí les petan el culo sin contemplaciones. Es lo que tiene ser marica y que encima les guste. Claro que, habrá que andarse con ojo con lo que puede suceder tras estas elecciones, con un líder del PP gallego, un tal Núñez Feijóo, que ha manifestado que no estaría del todo mal una alianza PP-BNG. Pues si es para reducir las ansias pronazis del señor Quintana me parece muy bien, pero me da a mí en la nariz que es otra estratagema más para eternizar en el poder a esta pandilla de hijos de puta nacionalterroristas. Desde luego, qué mal está España.
