martes, 24 de febrero de 2009

28 años después

A pesar de mi admiración por el Teniente Coronel Tejero y por muchos de los golpistas de aquel 23 de febrero de 1981, siempre he pensado que si aquel golpe hubiese salido victorioso no hubiéramos llegado a ninguna parte. Muchas son las circunstancias que provocan en mí esta reflexión, como la poca colaboración del monarca, involucrado hasta la médula y echándose atrás en el último momento, una lista de Gobierno que incluía más de lo mismo y una inevitable vuelta a la situación democrática y sobre todo una presión internacional que hubiera surgido a los pocos días que hubiese convertido en inviable e irrespirable un régimen militar en la España de los años 80. Bien cierto es que mi admiración paralela hacia personajes como Adolfo Suárez y Calvo Sotelo es un dato que me pone en contra de aquel levantamiento. Claro que, si tenemos en cuenta lo que pasó a partir de 1982, con un ejecutivo corrupto hasta la médula y lleno de paletos y chorizos que desembocó en burradas tales como los GAL, quizá tenga que reconsiderar mi opción. Lo peor de todo es que a día de hoy, y por increíble que parezca, echo de menos a Felipe González y su pandilla de delincuentes. Y es que el actual desgobierno de ZP y su gentuza sí que es una jodida aberración que merece un golpe de Estado, pero bien dado y definitivo.

Para suavizar un poco el día de ayer, ese curioso aniversario que evidentemente puso en todas las televisiones algún reportajito sobre el hecho (aunque nos llevan dando por el culo con el tema desde que empezó febrero), resulta que se concede un óscar de Hollywood a una actriz española por primera vez en la historia. Lo cierto es que esta ceremonia hace ya muchos años que está completamente desvirtuada, sobre todo desde que a ciertos directores y productoras cinematográficas se les ha puesto una cruz y no se permite que sus productos acudan a concurso. Nos encontramos pues ante un evento que no premia a los mejores, sino a los amiguetes. Y es de esta forma como una zorrángana de tres al cuarto, medio subnormal, imbécil hasta la médula y con mierda en las neuronas, llega a ganar un premio que ni de casualidad hubiera obtenido en los años 60, 70 u 80. La calidad del cine en general ha caído en picado de forma espectacular. Lo más publicitado son los remakes de remakes y un otrora buen director como el señor Allen ahora no es más que un viejo chocho que reúne a un puñado de actrices maniquíes para espiarlas en los camerinos mientras intenta masturbar su cada día más flácido pene. Fijaos hasta dónde hemos llegado que posiblemente la mejor película de los últimos años sea John Rambo, y sin posiblemente.
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El caso es que como los medios de desinformación en España siguen siendo tan capullos, manipulados y patéticos, no hay otro tema del que hablar que de la zorrita de Alcobendas y su puto premio. Y el lunático de la Moncloa ha encontrado en ello un filón. Mira tú que casualidad que elija un día en que las noticias están totalmente colapsadas por la mierda de la Cruz para mandar a la puta calle al subministro cazador. Ya sé que parece increíble que un ministrillo nazisociata dimita, pero teniendo en cuenta que los hechos destapados en los últimos días (tráfico de influencias, prevaricación y hasta cacería sin licencia, que curiosamente parece el delito más grave) son motivo de cárcel para cualquier ciudadano de a pie, por lo visto estos hijos de puta han decidido que el tipo salga por la puerta de atrás y sin hacer demasiado ruido, no vaya a ser que al final tenga que acabar como Barrionuevo. Es la desvergüenza más absoluta de un desgobierno que va de mal en peor, con un hijo de puta integral en la poltrona de la Moncloa que aún tiene la santa cara dura de salir ayer en televisión aplaudiendo al ministro criminal y diciendo con la más absoluta de las tranquilidades que el paro va a seguir subiendo pero que no pasa nada. Pues seguro que a ti, hijo de perra sodomita, no te pasa nada, pero resulta que en la calle hay mucha gente que se muere de hambre, y todo por tu puta y enfermiza culpa.
 
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