Y es así como en la jornada de ayer el blog amigo de Harto era atacado por estas alimañanas nacionalsocialistas, sedientas de la sangre de todos aquellos que nos oponemos a su asqueroso fascismo psoísta enfermizo. Y es que ya no son cuatro chavalillos universimierditarios con greñas llenas de mierda colgando de su puta cabeza, ya no son cuatro progretas anormales que en horas de clase, mientras les aprueban por la cara por ser adeptos al régimen, se dedican a dar por culo a través de la red de redes. Porque el lugar del cuál provenía este ataque (como bien sabéis todo esto queda registrado mediante IPs) era directamente la sede del PSOE en la ciudad de Valencia. Ya ni se esconden, para qué, si tienen la Justicia a su vil servicio, si tienen el control del bien y del mal en este país cual dictadores absolutistas, a ellos nunca les va a pasar nada, delincan, roben, violen o maten, para eso son del PSOE. Aunque otra lectura que debería de preocupar al ciudadano de a pie es ver para qué se utilizan las sedes de este partido. Y no digo ayuntamientos porque en este caso concreto no podrían hacerlo, pero cualquier día, amigos, es que nos hackean desde Moncloa.
O sea que, media España está sin trabajo, asfixiada con las deudas, muriéndose de hambre, la inmigración es un problema invasivo, la delincuencia se sale de madre por todos los costados, la tensión política y lingüística está cercana a una guerra, y mientras tanto, estos hijos de mala madre, lejos de querer resolver todos estos AUTÉNTICOS PROBLEMAS, se dedican a hackear modestas webs donde los ciudadanos, hasta los cojones de tanto nazismo institucional, social y político, expresan sus más que justificadas quejas. Volvemos a la Alemania de los años 30 por la gracia del führer ZP. Esto, señoras y señores, es directamente un ataque a la libertad de expresión, torpedeada vil y malévolamente en su base de flotación. Y después de esto ya sólo les queda un paso más. Sin más rodeos, a por el ciudadano que no esté en sintonía con el régimen. Encarcelamientos políticos, exilios forzosos, asesinatos, de vuelta a los años previos a la Guerra Civil Española, cuando un político era señalado en el Congreso y al día siguiente aparecía muerto, cuando un ciudadano era denunciado por su vecino y en pocas horas era detenido, metido en un camión y fusilado a las afueras del pueblo o ciudad. ¿Esto queremos, verdad nazisociatas? Pues ya podéis ir viniendo a por mí, tengo las armas preparadas y os voy a recibir como os merecéis, hijos de la gran puta.