Y todo esto lleva a situaciones como la vivida este fin de semana en Santiago. En Galicia se ha llegado a un punto en el que el mero hecho de expresarse en español puede costar directamente una amenaza de muerte. Casi es mejor que te hagas pasar por un guiri y preguntes las cosas en inglés o francés, serás más respetado y tu cuello permanecerá a salvo. Parece exagerado pero la puta y triste realidad es que esto ya es así. No hablaremos ya, queda por descontado sabido, de las cacicadas educativas de este desgobierno chiflado de la Xunta, que obliga a que todo el proceso de educación de esta comunidad autónoma sólo tenga una opción idiomática posible, el gallego. En pocas palabras, en Galicia se ha negado el derecho constitucional a ser educado en español. Y es de esta manera como mucha gente, hasta las pelotas de este nazismo evidente, donde los propios conselleiros del BNG recomiendan la lectura del Mein Kampf de Hitler, deciden organizar una manifestación y salir a la calle en favor del bilingüismo, que se respeten las dos lenguas que históricamente se han hablado en Galicia, el gallego y el español.
Y sucedió lo que tenía que suceder en un lugar desgobernado por el terror, la intolerancia y el neonazismo más absoluto. Allí estaban los perros de presa de la Jarrai gallega, éstos que siguen a pies juntillas las declaraciones del tarado Quintana, "para conseguir nuestra independencia cualquier medio está justificado", éstos que bajo el amparo del BNG y del sodomizado PSOE gallego han creado su propia ETA llamada "Resistencia Galega" y que ya se ha cobrado cuatro víctimas mortales. Allí estaban estos energúmenos hijos de puta, llamando fachas y fascistas a los pacíficos manifestantes mientras les lanzaban piedras y elementos incendiarios, allí estaban estos cuatro niñatos de papá tapados hasta las cejas porque no tienen ni huevos a dar la cara, escupiendo e intentando agredir a personas que lo único que quieren es vivir en paz y poder ejercer los derechos recogidos en la Constitución Española que, muy a pesar de mucho malnacido, sigue vigente y debe ser respetada. Esta es la nueva Galicia, tan progre y avanzada como Touriño prometió hace cuatro años, tan sádica y asesina como la mente del hijo de puta loco de Anxo Quintana y sus perros de presa de la mierda del BNG quieren que acabe siendo.