lunes, 19 de octubre de 2009

Al dictador le crecen los enanos

Pues mira, creo que hoy voy a estar de acuerdo con prácticamente todo lo que soltó ayer Mariano Rajoy. Y más todavía con su tono, sosegado y educado aunque directo a los problemas reales, muy lejos de la verborrea insultona de personajes como el Piolín Blanco o la vicebicho, que aparte de soltar mierda por sus putrefactas bocas, no hacen más que divagar y eludir los temas que a todos nos interesan. Personalmente no me posiciono radicalmente en favor de ninguna postura hacia el tema del aborto, pero bien cierto es que lo único que pretende el bobo solemne monclovita es separar y enfrentar a los españoles, como siempre ha querido hacer desde que un tren le dejó en la poltrona. La estrategia del odio, de la radicalidad, del enfrentamiento, que está mandando España a la mierda por el puto capricho de un jodido lunático, el crear cortinas de humo a base de inventar problemas desde asuntos que en principio no tienen ningún interés y que están muy bien como están. Es el caso de la ley del aborto, que hasta hace unos meses servía a todo el mundo y nadie protestaba por ella. Hasta que llegaron el tarado y sus secuaces a remover la mierda, a lanzar mentiras y embustes a diestro y siniestro, y a enfrentar a la gente por una ley absolutamente innecesaria mientras España entera se queda sin empleo y se muere de hambre.

Y Rajoy ha metido más aún el dedo en la llaga, subrayando el carácter despótico y dictatorial de este inútil integral que a día de hoy nos desgobierna. Incapaz de escuchar a nadie que tenga alrededor y encerrado en su burbuja de locura perpetua, pasando de ciudadanos, demás fuerzas políticas, compañeros de partido y seguro que hasta de su propia familia Monster. Y para reconfirmar más todavía esta postura, hoy nos aparece el ex-ministro de economía Solchaga repartiendo más mierda por doquier, criticando la política económica del lunático y como guinda recalcando ese tono presidencialista, despótico y tirano del imbécil ZP. Como dice Solchaga, este gilipollas se rodea de inútiles que le rían las gracias y no pongan impedimento a sus continuas chaladuras porque son incluso más tontos y catetos que él mismo. Trata a sus ministros como a títeres, extensiones de su iluminada y perturbada mente de salvador universal. Y efectivamente, como subraya el ex-ministro, nadie entiende que Solbes, una de las pocas mentes con algo de luz dentro de ese desastre desgubernamental, no se marchara mucho antes viendo cuál era el carácter de semejante egocéntrico hijo de la gran puta.

Nadie con dos dedos de frente en España quiere ya ver ni por asomo al malparido de Zetaparo. Solamente imbéciles, retrasados mentales (pero con un gran retraso), caraduras, malas personas y sinvergüenzas de la peor calaña siguen defendiendo a semejante esperpento humano. Y para redondear la mierda en la que se ha convertido este país en los últimos tiempos, hoy nos llega la sentencia final del caso Palomino, otra vergüenza nacional, manipulada hasta la saciedad por los medios de incomunicación que asolan nuestro territorio de norte a sur y de este a oeste. Veintitantos años de cárcel a un tipo que se defendió de la agresión de treinta delincuentes que querían lincharle. La mala suerte quiso que el ex-militar acusado se cargara a uno de sus agresores, y también la mala suerte (o más bien mala baba de algunos hijos de puta) hizo que alguien se inventara la chaladura mental de que este hombre era un neonazi o algo parecido. Y como aquí, en esta mierda de país todas las ideologías políticas no tienen el mismo trato, ya que la democracia está absolutamente PODRIDA, pues a ejemplarizar con el pobre hombre. Si hubiera sido un etarra, no pasaba nada, diez mesecitos de talego aislado y con todos los lujos y a la calle a seguir poniendo petardos. España huele a mierda.
 
Clicky Web Analytics