viernes, 2 de octubre de 2009

Zetaparo, voy a asesinarte

Empezaremos el post de hoy con la sentencia de un caso que no hace mucho comentamos en el blog. Sí, esos supuestos malos tratos por parte del decano de los jueces de Barcelona hacia su mujer, denuncia de doble sentido, puesto que ella también estaba denunciada por parte de su marido exactamente por los mismos hechos. Pues bien, finalmente el asunto queda en una falta de lesiones por parte del decano, que tendrá que pagar una multa (ninguna barbaridad para un hombre de su potencial económico) por haber empujado a su mujer contra la pared y pillarle un brazo al cerrar una puerta. Y para ella... pues nada, libre de todo cargo, a pesar de haberse probado que arañó a su marido e intentó acuchillarle en la entrepierna, pero como no lo consiguió. En fin, amigos, una muestra más de esa igualdad tan cacareada por el subministerio de mierdigualdad creado por el loco peligroso que anida en Moncloa y todos sus amiguitos y amiguitas de corte feminazi. Una muestra más de la chaladura mental que reside a día de hoy en este país en el que si a una zorra se le cruzan los cables y te denuncia eres hombre muerto. Una muestra más de la comedura de cabeza por parte de estos nazisociatas hijos de puta intentando que cuantas más mujeres denuncien, aunque sea una completa falacia, más hombres se vayan sin remisión al talego.

Mira, Zetaparo de los cojones, ya me tienes harto. Me tienes hasta los huevos. Has podido con mi paciencia y mi cordura. Yo no sé si buscas que te peguen un tiro entre ceja y ceja o es que te crees que tienes el poder celestial de joder a todas las personas y que éstas se crucen de brazos y vean como su vida se extingue por culpa de tu puta locura sin hacer absolutamente nada al respecto. Igual piensas esto último, pero conmigo no te va a servir, te lo aseguro. El tal Felipe González era un chorizo, un caradura aprovechado que llegó a la poltrona española en un momento en que el país iba a crecer económicamente sí o sí, y vio el gran filón. Era un tío listo, se metió en todos los follones que se metió con la única finalidad de llenarse los bolsillos, él y todos sus colegas. Y a fe que lo hicieron, fue la época más corrupta dentro de la política española, con un PSOE que robaba absolutamente de todos los lugares en los que podía meter la mano, aún sabiendo que al final la mierda saldría a la luz. Pero bueno, chuparse tres o cuatro años de cárcel teniendo después la vida totalmente resuelta, tampoco es muy grave. Y mejor aún le pintaron las cosas al chorizo supremo, que aún después de todo el desfalco que se metió entre pecho y espada, acabó siendo un político excesivamente valorado. En fin, olvidemos el pasado, que pasado está.

Y yo lo olvido porque el tal González a mí personalmente no me ha hecho nada, sí, ha robado de las arcas del Estado y veinte mil sitios más, pero repito, a mí, no me ha hecho nada. Sin embargo, tú, Zetaparo hijo de puta, te has metido en mi vida privada, has jodido mi existencia y la de toda mi familia, sin remisión y encima cachondeándote después de haberlo hecho. Lavas los cerebros a la gente, llevas tu nazismo hasta los máximos extremos, te has metido de lleno en mi vida para joderla por los cuatro costados y ponerme al borde del suicidio que supongo cometeré dentro de poco tiempo. Y es por ello que, por mi parte, mereces la muerte. Ya no hay remedio para lo que has hecho con mi vida, ya no hay solución ni compensación posible. Yo me voy a ir al hoyo dentro de poco pero te juro, Zetaparo hijo de mala madre, loco lunático peligroso jodevidas de mierda, que tú te vas a ir antes que yo. Porque yo no soy uno de tus putos zombies a los que puedes joder la vida entera y luego lo único que piden es una televisión con el gran marrano y el puto fútbol. No, cabrón de mierda, a mí me has convertido en una persona resentida y con un nivel de psicopatía incluso mucho más elevado que el tuyo. Así que cualquier día, cuando menos te lo esperes, maldito cabrón de mierda, me acercaré a tu jodido búnker monclovita y te asesinaré sin piedad ni remordimientos. Haré justicia, quedaré en paz con Dios y con mi familia, y lo mejor de todo, seré un puto héroe. Después me volaré la cabeza y moriré en paz, hijo de puta.
 
Clicky Web Analytics