sábado, 17 de octubre de 2009

El Plan Z

Antonio está en la treintena. Durante más de diez años ha trabajado como pintor autónomo. En los últimos tiempos, la competencia desleal y pirata de los recién llegados, que trabajan sin permiso, en negro y sin ningún tipo de conocimientos sobre el sector, ha dejado su faena en cero. Ha tenido que darse de baja como autónomo, ante la inexistencia de ingresos y ha buscado empleo en diversas empresas dedicadas al tema. La mayoría habían quebrado y unas cuantas más estaban bajo mínimos y sin posibilidades de contratar a nadie. Antonio, finalmente, ha pasado a engrosar las listas del paro, sin cobrar un puto duro, por cierto. A pesar de que ha intentado recolocarse en otros sectores y dedicarse a cualquier tipo de trabajo, le han dicho que nanai, que en esta nueva España supermegaprogre no hay empleo, que se joda y se muera de hambre, que es hombre, español, blanco y heterosexual y a él no le va a ayudar nadie. Faltaría más. Pero no pasa nada, Antonio ya puede estar muy tranquilo porque ha pasado a formar parte del Plan Z.

Alejo había trabajado durante cinco años como administrativo en la empresa del señor Martín. Este empresario, ya sesentón, un buen día decidió dejar este mundo y pasar a mejor vida, con el resultado de que sus herederos no estaban en absoluto interesados en continuar con su actividad laboral, así que decidieron liquidar la empresa y enviar a todos sus empleados al paro, entre ellos Alejo. Y allí estuvo nuestro amigo, cobrando el correspondiente subsidio durante el tiempo estipulado mientras buscaba otra ocupación. Tal ocupación no llegó, Alejo se quedó sin subsidio y comenzó a tirar de sus ahorros de toda la vida (no demasiados) simplemente para poder comer, puesto que sus ingresos eran cero. Y tras más de un año de infierno ahí sigue, sin un duro, rebotando de empresa en empresa buscando alguien que le dé cualquier puesto de trabajo, pero no es posible. No hay faena para él, el país se va a tomar por culo y no hay posibilidad de contratación en ninguna parte. Claro que él también es hombre, español, blanco y heterosexual, con lo que ya se puede ir jodiendo que no hay ayudas para alguien así. No pasa nada, Alejo también ha entrado a formar parte del Plan Z.

Joaquín tiene formación universitaria y habla cuatro idiomas. Hace dos años la empresa en la que trabajaba como formador se fue al garete porque un desgobierno ladrón y despótico le retiró gran parte de la subvención que recibía. Ya se sabe, hay que invertir en mezquitas y mujeres pseudo-maltratadas. Evidentemente él perdió su puesto de trabajo y tras un vergonzoso pleito derivado de la dejadez e incompetencia de la administración, se decidió que no iba a tener derecho a subsidio de desempleo. Su peregrinaje buscando un nuevo puesto de trabajo fue lamentable, denegándole el puesto porque no era de sexo femenino, no era minusválido o no era inmigrante. Su vida se convirtió en un puto infierno, incluso en lo personal, dado que su pareja le dejó acusándole de falsos malos tratos para conseguir (ella sí) beneficios laborales en alguna deleznable empresa. Joaquín está ahora mismo al borde del suicidio, pero no tiene por qué preocuparse ya que él también forma parte del Plan Z. Sí, ideado por la lunática mente del perturbado Zetaparo, el Plan Z, mandar a toda España al paro y reírse de ello.
 
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