Otro metraje que llamó mi atención tiempo atrás (aunque tendré que revisionarla un día de estos) fue la futurista "Demolition Man", con el amigo Stallone como protagonista. Una sociedad de tiquismiquis megaultratopeguays, la cual tiene que recurrir a un violento policía del pasado para solventar sus problemas. Y es el único que lo consigue, por cierto. El desagradable paralelismo que ofrecía esa imaginaria sociedad que refleja el film con la actual locura zapateriana no tiene desperdicio. No se puede fumar, ni consumir alcohol, ni comer hamburguesas, y cuando dices una palabra malsonante suena un extraño pitidito y se te pone una multa (claro que esto para el Piolín Blanco estaría desactivado). Casi todo está prohibido y la libertad natural del ser humano se ve absolutamente coartada por las perturbadas leyes impuestas a dedo por un caudillo iluminado que vive en una burbuja de cristal. Coño, de verdad que son tantas coincidencias que parece que el guionista de esa peli (que es de mediados de los noventa) hubiera cogido una máquina del tiempo y se hubiera trasladado hasta la España de ZP para recrear tantas aberraciones seguidas.
¿A que acojona? Te pones a ver una de estas pelis creyendo que vas a encontrar un rato de distracción dentro de la locura nazisociata que te rodea y acabas realmente aterrorizado. Finalmente decides quitar el DVD y al apagarlo te salta por sorpresa algún informativo manipulado de los que están dando por TelePSOE. Tus dientes empiezan a rechinar mientras ves a una presentadora con cara de lesbiana feministoide que ¡cómo no! está taladrando al personal con su asunto preferido, la violencia "machista". Y ahora resulta que se han encontrado a una pareja muerta en su apartamento. No hace falta investigar, no es necesario entrevistar a nadie ni buscar motivación alguna. Ha sido violencia machista. Oiga, que no se han cargado a una mujer, que es una pareja. ¡A callar, facha, machista, hombre, hijo de puta! VIOLENCIA MACHISTA, PORQUE SÍ, ¡HAIL ZAPATERO! Y mientras asistes a tan surrealista espectáculo desinformativo te rascas la cabeza sin entender nada de nada. Entonces apagas la televisión, vas a tu armario y comienzas a hacer la maleta. Ha llegado la hora de marcharse de semejante país.