lunes, 9 de marzo de 2009

Cierran el comedor social

Me he despertado pronto, como ya no me queda dinero para comprar whisky no tengo resacas y puedo madrugar, también se lo tendré que agradecer a ZP. El caso es que he decidido salir a pasear un rato, algo poco recomendable por mi zona, y es que ser el único español del barrio es bastante peligroso, hasta el punto de que en cualquier esquina te puede asaltar un moreno y dejarte en calzoncillos. Tampoco es algo que me preocupe mucho, el nazi pucelano ya nos ha quitado todo lo que nos podía quitar, así que si algún hijo de mona decide atracarme ya puede pegarme navajazos, cuchilladas o tiros que no va a conseguir nada de mí. Y digo bien, sangre por todas partes, porque para esta selvática gentuza la vida de un ser humano importa menos que la de una gallina, pero es lo que tiene la alianza de mierdalizaciones, que se te puede colar toda esta escoria en tu país e imponer sus ideas, costumbres y opiniones sobre la vida ajena. Pero mejor me voy a callar y voy a pasear en silencio, no vaya a ser que me cruce con alguna progre que esté siendo violada bajo un árbol por un sudaka y me tilde de xenófobo. Al fin y al cabo lo que más mola es que la viole un mono, así luego podrá hacer uso de la nueva ley del aborto y darle las gracias a la subministra del trifásico.

Hoy tengo suerte y no me cruzo con demasiados animales de estos, será que como es pronto y a ellos no les gusta mucho madrugar, aún no han salido de sus madrigueras. Tras una media hora andando me paro en un semáforo, no hay nadie, sólo una sombra mugrienta y desastrada al otro lado de la calle, no hay duda, es un español, sólo un español puede tener esa pinta de pordiosero, a las escorias inmigrantes varias les dan ayudas para todo y no suelen llevar ese aspecto. Curiosamente es el primer autóctono que veo en todo mi paseo y resulta ser un vagabundo, así hemos acabado en este país, qué guay, qué progre. Tampoco es que le preste demasiada atención pero al cruzar me doy cuenta que me levanta la mano y me saluda. ¡Coño! ¡Es Jesús! Mi antiguo compañero de mesa en el comedor social. Hacía tiempo que no sabía de él, incluso en mi última visita al comedor hace un par de semanas, interrogando al resto del personal, nadie tenía muy claro qué era de su vida. Me alegro de verle y nos saludamos muy efusivamente. Me muestra una bolsa de plástico bastante llena de mierda y saca de ella dos litronas de cerveza que por lo visto ha conseguido a primera hora de la mañana e iban a ser su almuerzo. Como buen pobre decide compartir su trofeo conmigo y pronto nos sentamos en un parque a conversar sobre nuestras andanzas.

Me sorprende enormemente el aspecto tan trapero y desaliñado de Jesús, no hace mucho, a pesar de su desesperada situación económica, todavía mantenía una cierta elegancia, heredada de un pasado bastante pudiente. Recuerdo su historia, con su ex-mujer dejándole prácticamente en pelotas tras su divorcio amparado en las nuevas leyes perturbadas ultrafeministas de Zetaparo. Es vergonzoso, que una persona con un puesto más o menos elevado en una empresa cualquiera acabe en la situación que veo ahora mismo a Jesús, esto solamente puede suceder en una nación cuyo ejecutivo esté regido por auténticos hijos de puta anormales. Lo dicho, la actual España, increíble pero cierto. En menos de un año este hombre ha pasado de ser una persona con un cierto desahogo económico y una vida bastante normal a convertirse en un miserable que va pidiendo y rebuscando entre los contenedores. Pero a estos nazisociatas de mierda les encanta esto, destrozar vidas, familias, personas, y luego partirse el culo de ello, reírse a carcajada limpia mientras los ciudadanos nos vamos al hoyo en mitad de la pobreza y la desesperación más absoluta. ¡Pero qué de puta madre es el PSOE! ¡Votad, votad!

No sé para qué me esfuerzo, sus votantes son peor que ellos. Jesús me habla sobre el comedor, parece ser que hace unos días volvió a pasar por allí. Lo cierto es que no me trae muy buenas noticias sobre mis antiguos compañeros de andanzas y eso que apenas hace unas semanas yo mismo hablé con Toni. Por lo visto el estado de salud de Borrás no es nada bueno, el hecho de que un señor de tanta edad tenga que dormir en la calle entre cartones y cada día coma menos y peor le ha afectado muy seriamente. Por si fuera poco, está empezando a acumular una preocupación adicional ante la negativa de los responsables del comedor a que se eternice allí. Y lo peor es que no tiene a dónde ir, así que parece ser que incluso ha habido ocasiones en que ni ha comido. Hace unos días sufrió algún tipo de ataque y ahora le cuesta bastante andar, lleva un bastón y hay veces que incluso se cae porque le fallan sus propias fuerzas. En el comedor es bastante querido y respetado así que siempre encuentra alguna mano que le ayuda a alcanzar su sitio, pero preocupa y mucho a todos los que allí se reúnen. Ese hombre no está en condiciones de estar en la calle muriéndose de frío y hambre, pero el caso es que a los nazisociatas eso les importa una mierda. Que se vaya al otro barrio y así habrá un pobre menos en España.

Le pregunto a Jesús por el doctor Tomás pero no puede responderme. Desde que dejó de ir al comedor nadie ha vuelto a saber nada de él. Yo mucho me temo que haya llegado al punto final, me di cuenta desde un principio de que era una persona totalmente destrozada por los acontecimientos que habían tenido lugar en su vida, con esa falsa denuncia por malos tratos de su mujer, que lo único que quería era deshacerse del doctor para irse con su nuevo amante. Prisión, pérdida de todos sus bienes, sin trabajo, en fin, otro producto de las maravillosas leyes zapaterianas. Lo peor es que no me extrañaría nada que hubiera acabado por suicidarse, tenía toda la pinta. Ah, pero eso a los nazisociatas y a las feminazis les encantaría, un maltratador menos, ¡cabrón, machista, hombre, muere! Pobre doctor, de verdad, y todo sin comerlo ni beberlo, sin haber hecho nada más en su puta vida más que trabajar y ser honrado. Insisto, la nueva España de ZP, cómo mola. Y entre todas estas conversaciones y pensamientos las litronas ya prácticamente han caído. Me doy cuenta del aspecto de vagabundos que tenemos sentados en este parque y mamando como cosacos, pero es lo que el desgobierno parece que quiere de nosotros, no podemos hacer mucho al respecto. Si protestamos igual nos encarcelan.

Jesús se incorpora y, cambiando de tema, me empieza a contar una nueva historia sobre el comedor. Parece ser que hace un par de días llegaron cuatro chavales nuevos a comer, nadie les conocía, pero evidentemente la camaradería entre los económicamente desvalidos sirvió para hacerles un hueco de inmediato. En cualquier caso Toni, perro viejo donde los haya, ya se olía algo raro sobre esos tipos, apenas rozando los veinte años, demasiado sucios para ser unos recién llegados, como interpretando un papel, y con más pinta de pijitos alternativos universitarios que de personas que realmente lo están pasando mal a causa de las locuras socio-laborales del puto PSOE. El propio Toni se levantó de su mesa, donde también estaban Jesús, Borrás y Dimitri (al que Jesús llama Danko) y se acercó a conversar con ellos. Tras un breve interrogatorio sobre su situación y qué cojones hacían allí, se dio cuenta de que mentían, puesto que todo eran contradicciones y tonterías sin fundamento. A Toni se le hincharon las pelotas, se levantó y a grito pelado comenzó a preguntarles qué es lo que querían esos niñatos ricos de unos pobres miserables que ya lo estaban pasando bastante mal día a día. Bueno, y lo que sucedió después fue el colofón.

Parece ser que eran unos "voluntarios" de nosequé ONG que cuidaba de los derechos sociales de los inmigrantes, y estaban allí de "incógnito" para comprobar que no hubiera ninguna irregularidad. Muy bien, a cuidar a los negritos y sudakones, y los españoles que se jodan, para ellos no hay ONG, aunque vean que Borrás es un anciano que no puede ni llevarse la cuchara a la boca. Y empezó el enfrentamiento, cuatro payasos lanzando gilipolleces sobre el tercer mundo, la explotación, los yankees, Aznar y la puta madre que parió a David Beckham, mientras todo el comedor se ponía en pie de guerra contra semejantes niñatos hijos de mala madre. Pero nos salieron belicosos los capullines y no se les ocurrió nada mejor que empujar a Toni y tirarlo al suelo, ya sabemos lo que dice la nueva asignatura de Mierducación, "hay que maltratar a los hombres mayores". Varios comensales comenzaron a arrojarles de todo mientras los payasetes de mierda se liaban a patadas con Toni y todo aquel que se acercara. El comedor se había convertido en una batalla campal, parece ser que los "pacifistas" oenegistas no eran tan pacíficos cuando se trata de linchar a desamparados españoles. Pero ya sabemos que el PSOE nos quiere exterminar a todos y para ello "cualquier medio será aceptado".

Claro que, con lo que no contaban estos necios a medio hacer era con que un ruso tarado se interpusiera en su camino. Mientras uno de los pollos seguía a patada limpia con Toni, que continuaba arrastrándose por el suelo, una gigantesca mano impactó en su cuello, derribándole y desplazándole varios metros hasta que la pared le detuvo. Allí estaban imponentes los dos metros de Dimitri que, aunque moscovita de puta cepa, se identificaba al cien por cien con el desamparo que sufrían todos estos amigos suyos españoles en su propia tierra. Los "voluntarios" se quedaron aterrados mirando al ruso, que no apartaba sus azules ojos de ellos y parecía querer más acción. Tres contra uno, muy valientes ellos, ahí se lanzaron a por Dimitri, que no necesitó ayuda de nadie, un par de cachetes, una silla rota en la espalda de uno de los capullos y acabó sacándolos a la calle bajo el brazo como lo que son, sacos de mierda. A los pocos segundos llegó la policía (qué poco tardan a veces) que ni mucho menos se dedicó a poner calma, simplemente cerró el comedor con los comensales dentro y empezó a pedir papeles a todo dios. Pues la llevan clara, pedir papeles a un grupo de desahuciados sociales, evidentemente no tuvieron mucho éxito.

Lo peor fue lo acontecido en las siguientes horas. Parece ser que los papás de los "pacifistas" eran cabrones bastante pastosos, incluso uno de ellos con cargo político ¡en el PSOE! Qué sorpresa, creo que ya empiezo a encajar todas las piezas. Dimitri fue detenido, no podía ser de otra manera, mientras los inocentes chavalillos le señalaban diciendo "ha sido ése". ¿Pero no estabais a favor de la defensa de los derechos de los inmigrantes y blablabla? ¿O es que eso sólo sirve para monos y moracos y si el inmigrante es de raza blanca ya no nos gusta? ¿Eso no es xenofobía, amiguitos? Ah no, que esa palabreja sólo se puede emplear con fachas, machistas, homófobos y demás demonios existenciales. Y lo más grave aún estaba por llegar, al día siguiente la Delegación del Desgobierno (curiosamente donde tenía un cargo el papá del nene agredido) decidía cerrar indefinidamente el comedor social. Muy tolerantes estos hijos de puta nazisociatas, muy preocupados por las políticas sociales y por dar de comer a los pobres, muy preocupados por todo lo que no sean sus negritos, sudakones, mariquitas, zorras feministas, mujeres pseudo-maltratadas y demás chaladuras mentales. Pues nada, majos, ahora cien personas más que además de no tener ni trabajo, ni dinero, ni casa en muchos casos, tampoco tienen comida. Qué guay que es el PSOE.
 
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