Hay que recordar que la Comunidad Valenciana tiene tres provincias y que dentro de ellas hay muchas ciudadas. Habría también que recordar que deportes hay muchos y muy variados. Es por estas dos simples razones que no se puede lanzar al aire un "vamos a pasar a la información deportiva" y esa media hora se dedique única y exclusivamente al puto Valencia CF. No voy a entrar a valorar ni la entidad, ni el club, ni sus chuloputas de jugadores, ni su mierda de afición, porque habría mucho que escribir sobre su patetismo y el asco que produce a todo aquel aficionado neutral, no fanático de unos colores tan deleznables, pero el caso es que estamos hablando de Canal 9, no del Malencia de los cojones. Me imagino que en Alicante, Castellón y especialmente en Villarreal tendrían mucho que decir sobre este fanatismo irracional, incluso me parece que la gente que pasa olímpicamente del fútbol y prefiere el baloncesto, el ciclismo, el waterpolo o las canicas, también tendría mucho que decir. Pero es inútil razonar con esta pandilla de fanáticos chiflados. Hasta en los partidos del Orihuela contra el Santa Eulalia tiene que salir el puto Valencia, hasta en los reportajes sobre las paellas de Benifayó, se ve que no tienen bastante con comentar que al subnormal de Vicentín se le ha roto una uñita o que Joaquín cada día más se parece a un chaval con síndrome de down.
Pero lo que más gusta a estos periodistuchos de mierda es fomentar el odio. Mientras en la mayoría de campos, entidades y medios de comunicación se intenta luchar para eliminar esa lacra de la violencia en el deporte, Canal 9 mete leña al fuego e incita a la mierda de afición de ese puto equipo con tufo a basura putrefacta a "tocar caras", "destrozar otros campos" o "insultar al Madrid". Y es que esta última es la gran y perturbada obsesión del Xotet, el Gorrino y toda su pandilla de contertulios anormales. El odio irracional e irrefrenable al Real Madrid llena incluso más minutos que su fanatismo bobo hacia el asqueroso Valencia. Una sinrazón, sin duda, pero bueno, aún así, el odio es un sentimiento humano permitido, aun en el caso de que no tenga ningún tipo de justificación. Lo que no se puede tolerar es que un tipo salga en antena día sí y día también insultando a un equipo simplemente porque en el psiquiátrico donde estaba encerrado ya no tenían sitio para él. No es tolerable ni comprensible que un programa de información deportiva se convierta en un rosario de insultos por parte de personajes con un nivel educacional ínfimo y que parecen creer que se encuentran en el bar de la esquina rodeados de abuelos chiflados. Y lo más grave no es que se insulte a Madrid, Barcelona o Bilbao, es que, dentro de la soberbia y fanfarronería valencianista, el desprecio y la barbarie se cometa contra equipos de la propia Comunidad Valenciana. Patético.