domingo, 31 de agosto de 2008

Mi vecino, el moraco y la desinformación

Hoy me he despertado con el suceso acontecido a un vecino bastante cercano y con el que mantengo una cierta amistad desde hace años. Parece ser que anoche, cuando estaba cruzando el paso de peatones que llevaba a su casa (que también es la mía) un moraco hijo de mala madre le dio un empujón, le tiró al suelo y sin mediar palabra le propinó una brutal paliza a base de patadas y puñetazos. Finalmente, y cuando este señor ya estaba medio aturdido por la somanta de palos recibida, el moromierda le registró los bolsillos hasta que encontró su cartera y salió de allí corriendo con ella. Ése era su botín, pero a diferencia de los antiguos carteristas que anidaban por nuestras calles hace años, ahora esta pandilla de malnacidos se dedican a propinar palizas por las buenas, y si la víctima del atraco de paso se muere, pues no pasa nada, un español menos. Y así continúa su invasión. A todo esto hoy mi vecino presentaba un ojo morado y el labio partido, una cara muy bonita para un pobre hombre de casi sesenta años cuyo único delito ha sido llegar a casa a las dos de la madrugada.

Y esto es lo que tenemos que aguantar de forma cotidiana en diversas ciudades españolas, simple y llanamente por el capricho de un desgobierno de hijos de puta a los que les parece muy multicultural, guay y progre llenar el país de salvajes y delincuentes por las buenas. Y junto a ellos, los principales responsables de este tipo de cosas son toda esa puta pandilla de progretas pseudo-intelectuales anormales que, la mayoría de ellos, no se han relacionado en su puta vida con la cruda y cruenta inmigración que nos invade sin remisión, simplemente porque son una pandilla de pijos que viven acomodados en sus chaletitos, dentro de una burbuja de cristal, sin dar un palo al agua y a costa de unos papás que desde luego no creo que estén muy orgullosos del daño que sus hijitos están haciendo a España con su puto pseudo-progresismo, sus moderneces y el hecho de querer ser los más guays de todo el planeta. A ver si os enteráis de una puta vez de lo que está haciendo la inmigración con los ciudadanos de a pie, que no sólo se ven humillados por los recién llegados, sino también por un desgobierno aberrante que otorga más derechos a los extranjeros que a los autóctonos de toda la vida. Insólito e inaudito, en ningún país pasa algo similar ni de lejos, pero ya se sabe, somos los más guays.
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Y mientras tanto, los medios de comunicación siguen en su espiral de manipulación y distracción, con un noticiario de TVE que se llena la boca con su temita preferido, la mierda de género, o que se dedica, mientras España entera se va al garete en lo económico, social, político y laboral, a ofrecer reportajitos sobre el Proceso de Burgos, algo que sucedió hace casi cuarenta años y que ME IMPORTA UNA PUTA MIERDA. Pero ya que os metéis en ello os diré una cosa, si por mí fuera, etarra bueno, etarra muerto, y bien que hizo Franco en darles el pasaporte a esos hijos de puta asesinos. Asqueado del televisor tomo la prensa para ver qué mentiras soeces nos cuenta, y me hago eco de la columna escrita por un auténtico gilipollas enfermizo de nombre Cipriano Torres, el cual no hace más que poner en un pedestal a la cadena estatal, sí, esa en la cual acabo de ver auténticas aberraciones informativas, mientras mete insultos por doquier en su artículo la mayoría de ellos dirigidos a Antena 3. Ya tengo comprobado que cuando estos cerdos pseudo-periodistas y columnistas esquizofrénicos braman contra alguien de tal manera es porque el acusado en cuestión lo está haciendo bien y no se deja manipular ni mangonear por el puto desgobierno y todos sus putos secuaces. Así que jódete Cipriano de mierda, cuando quiera informarme sin vuestra puta manipulación, veré Antena 3.
 
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