jueves, 7 de agosto de 2008

Mierda de género

Hasta los cojones me tienen ya todos estos asquerosos pseudo-periodistas y bustos parlantes anormales que se llenan la boca con una de las últimas modas en este país, la que ellos llaman "violencia de género" o para los más radicales y tarados directamente "violencia machista", y eso aunque los que se estén pegando cuchilladas sean dos putos bujarrones. Y digo bien, bujarracas, maricones, sarasas o sodomitas de mierda, y habrá gente que piense que no tengo respecto a todos estos enculadores perturbados a los que nos obligan a llamar homosexuales o gays, pero mientras ellos tampoco tengan el más mínimo respecto con los heterosexuales, que no lo tienen, van a recibir de mí la misma moneda. Ya está bien de falsa tolerancia que lo único que hace es hundir a unos y dar ventajas y derechos a otros que son quienes menos lo merecen.

Pero vuelvo al asunto que quería comentar hoy. Y es que parece ser que con la excusita esa de la violencia de género lo que se pretende en este país es arrinconar, aislar e incluso aniquilar a todo aquello que suene a sexo masculino. Ya lo están haciendo estos hijos de puta del desgobierno con sus leyes para favorecer el empleo de la mujer, que lo único que consiguen es enviar al paro a quien no tenga coño y tetas y directamente no dar ni un solo puesto de empleo al que haya tenido la desgracia (en este país ahora mismo lo es) de haber nacido con verga. Y ahora el recurso fácil para quitarse de en medio a cualquier marido o novio que moleste más de la cuenta es ir a la comisaría más cercana y denunciar "violencia de género". Ya la has cagado, macho, aunque tú hayas estado todo el puto día currando como un cabrón para llevar una barra de pan a tu casa y que coman tus hijos y tu mujer (ésa que te ha denunciado). Y puede que mientras tú te rompes la espalda como un burro, ella esté en casa cardando con un capullo y haya decidido que es el momento de prescindir de ti. Denuncia, calabozo y como se te tuerzan las cosas, talego de por vida. Y todo por el capricho de una zorra y por unas leyes aberrantes establecidas por enfermos mentales.

Y sí, las estadísticas de malos tratos suben, claro que suben, especialmente desde que este país se ha convertido en la cuna de toda la inmigración delictiva del planeta. Sudakas violentos, negros salvajes, moracos ultramachistas, con toda esta panda de angelitos no me extraña que hayan mujeres acuchilladas, rajadas, estranguladas, muertas... pero lo mejor de todo es que los sectores más feministas de la sociedad optan por defender a toda esta caterva de selváticos energúmenos, y así les va, en lugar de poner medidas contra quien deben, se llevan por delante a maridos y novios de cerdas hijas de puta y, lógicamente, las estadísticas van para arriba. Pero esta ley es muy útil para quitarse de encima a quien molesta, a lo mejor ése es realmente el propósito, porque desde luego erradicar el hecho de que se carguen señoras mientras sigan por ahí sueltos semejante cantidad de sudakas salvajes, va a ser complicado.

Y en los últimos días se han dado casos que ya sobrepasan la vergüenza ajena, vergüenza que debería de sentir el desgobierno por lo hijos de puta y malas personas que son, aunque ya sabemos que ser del PSOE conlleva estos apelativos. Hace una semana, un hombre llegaba a su casa y sin mediar palabra su mujer le asestaba cuatro cuchilladas casi mortales. El iluminado juez escuchó de boca de la pájara en cuestión la expresión de turno, "violencia de género", y sin pedir la más mínima prueba al respecto, llevó al tipo del hospital donde se estaba debatiendo entre la vida y la muerte a la enfermería del talego. Eso sí, la hija de puta quedó en libertad. Pero más violento aún fue lo acontecido ayer cuando una zorra apestosa decidió que no había tenido bastante con pedir una orden de alejamiento hacia su ex-marido. Además de esto llamó al tontaina en cuestión para que fuera a su casa a hablar con ella, donde fue recibido a balazos por el actual follador de la pajarraca. Evidentemente cuando llegó la policía la muy puta comenzó a gritar "¡no ha respetado la orden de alejamiento!" Y claro, ella tuvo que sesgarle la vida. Buena justicia la que está haciendo el PSOE. Eso sí, cuando ya no quede ningún hombre más al que putear y exterminar, a ver con quién la emprenden.
 
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